A la lista

Restaurante situado, en un barrio de la ciudad de Santander, con buen acceso a través de la autovía. Casa con complementos en la zona de jardín pensados, para reuniones con grupos, celebraciones, etcétera..

Acomodadas 4 personas, en cuanto a mantelería, cristalería y cercanía de meses vecinas, todo en un nivel aceptable.

El menú, se compuso de:

Terrina de foie hecho en casa: demasiado frío ha salido a la mesa, presentando dificultad para su extensión en el pan.

Ensalada de ventrisca , destacando la base demasiado amplia de pimientos que predominaba en el conjunto.

De platos:

Solomillo con buen nivel.

Calabacín relleno de carne, que fue lo más destacado de la noche en la mesa.

Chuletón a compartir por dos personas (1,35 kilos) total 49. 95 €, con predominio franco de grasa y que salió a la mesa demasiado frio, sin poder arreglar la situación el plato caliente que acompañaba. La parte correspondiente comible, del chuletón tenía buen nivel.

Sólo un postre acompañó a complementar la cena.

En cuanto a la bodega, predominio de riberas y riojas, con unos precios bajos en cuanto a reservas de Riojas.

Al final no decantamos por Viña Albina reserva y un Abadía Retuerta( demasiado frio), tras parecer flojo el estado del primero, con unas copas difíciles de calificar pero que no llegaban al aprobado. Remelluri, solicitado previamente que no se disponía en carta.

El servicio voluntarioso, pero con la sensación de que se confunde el preguntar reiteradamente con el buen servicio.