He disfrutado de una de las mejores comidas en Santander, hay que decir que Santander no se destaca por ser una ciudad donde encuentres restaurantes de alta cocina, algo que hecho en falta y por fin he podido disfrutar de una gran comida, muy creativa, cuidada al detalle y con una maitre muy profesional al igual que el resto de camareros que han hecho que la experiencia fuera totalmente redonda.
Desde el primer contacto ya nos recibieron con una sonrisa que no desapareció hasta que nos despidió el propio chef, que también nos sonrió, le preguntamos en broma, si siempre sonreían y nos contesto que disfrutaban con lo que estaban haciendo.
Ya mas en detalle, empezamos con un macarron de alga codium. seguimos con un chicharro curado en salmuria y unas verdinas que venian emplatadas en un bonito cerdo ibérico, siguio el tartar de langostinos exquisito, las angula de monte memorables, el aguacate y caviar buenisimo, la ostra espectacular, la lubina de punto impecable y la molleja realmente muy buena, destacar los postres, barquillo ácido de guisante y el nougat de pera, para beber hicimos maridaje que fue perfectamente elejido por su Maitre Lucia y que sobre todo nos sorprendio un vin que se llama Ghisu que esta un 80% elaborado con arroz impresionante.
Un lugar que merece la pena repetir y que por supuesto vamos a recomendar.