La Casona del Judío Bistró: Buscando su propio estilo

Nos faltaba una vista al bistró de la Casona del Judío. Especialmente después de la gran experiencia en Agosto del año pasado en esa mesa gastronómica donde Sergio Bastard propone su cocina más personal. El bistró es una propuesta totalmente diferente tanto por atención e intención, pero sobre todo por estilo de cocina.

De visitas anteriores breves y vermutianas, les puedo asegurar que se sirven unas de las mejores rabas de Santander. Calamar fresco perfectamente enharinado. Una verdadera delicia que un mediodía junto con un rayo de sol y un vermut es una combinación que encandila, y sigue fortaleciendo los lazos familiares y de amistades.

En lo relativo a lo degustado en nuestra última visita; comenzamos por unas alcachofas en caldo de pollo de corral y garbanzos. Potencia en el fondo y sutileza en la verdura. Un buen plato.

Seguiríamos con un plato que actualmente está en un altísimo porcentaje de las cartas, el steak tartar . Acompañado de un helado de mostaza verde algo sobrante, y con una especie de regañás que desde nuestro punto deberían ser sustituidas por pan cortado fino y tostado . Dicho esto, solomillo cortado a cuchillo (carne menos picada) de altísima calidad. Como he comentado en anteriores ocasiones me hace apreciar más la carne.. Notable alto, pero pudiendo llegar al sobresaliente con cambios sencillos.

También probamos, el pulpo a nuestra manera. Concretamente viene asociado con puré de patata, hinojo para ir limpiando en cada bocazo, migas de pimentón y aceite de cebollino. Una combinación agradable, pudiendo mejorar el punto del cefalópodo hacia una mayor suavidad.

En esa línea de carta tradicional, se presentan los chipirones de toda la vida. Pues eso verdaderamente como los de toda la vida, con un buen punto de plancha y una salsa de su propia tinta muy ligada, con un nivel de espesor muy agradable. Para mojar abundante pan y repetir.

Acabamos con un arroz cremoso con pollo de corral. Buena textura tanto la del arroz como del trozo de ave que lo acompaña. Untuoso y suave de sabor. Algo más potencia sería deseable, pero destacamos el plato en su conjunto.

Al equipo de la Casona se ha incorporado un nuevo repostero francés, por lo que dejamos espacio para poder probar postres. Primero, una tarta tatín servida en vaso con una fabulosa galleta troceada y la manzana trabajada con mantequilla. Diferentes texturas para un postre reconocible pero distinto, que resulta un acierto.

Acabamos con una tarta de chocolate; potente, para golosos y amantes del chocolate, con un gran porcentaje de cacao, siendo casi inexistente la presencia de bizcocho. Se adorna con un macaron de gran calidad con sus tres texturas muy presentes e identificables.

Ir moviéndose poco a poco hacia un bistró con estilo propio, no solo en cómo se elaboran los platos, sino también en cuál es la propuesta completa de la carta desde un enfoque de mayor informalidad. Si resumimos lo probado destacaríamos tanto el steak tartar como los chipirones, el arroz y esa tarta tatin de otro modo. Acuérdense de las rabas, luzca el sol ó no lo haga, sea medio día ó noche, merecen mucho la pena.

La Casona del Judío Bistró : Buscando su propio estilo.

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