Así se llama ahora el antiguo asador "Nobleza Gaucha".

No percibí ningún cambio en la decoración. Continúa pues tratándose de un amplio local, muy agradable, techos altos, mesas holgadas, lograda decoración entre rústica y moderna.

Y en cuanto a la oferta, se ha visto notablemente ampliada. Si bien su eje son las especialidades y asados argentinos, han introducido referencias europeas como las pizzas, pescados, pollo, cordero… todo ello a la brasa.

Tomamos unas mollejas, unos embutidos criollos, empanadillas, provoleta, y de segundo un bife.
Todo correcto, sin más. El bife, sabroso.

Carta de vinos cortita y cara.

Buen servicio.

Al resultar invitado no puedo hacer constar el precio ni la RCP.

Ayer estuve poo primera y última vez en este restaurante argentino para celebrar algo especial. Sin embargo, en cuanto me dieron la exigua carta de vinos, ya supe que la cosa no acabaría bien. Los precios eran desorbitados, multiplican por tres el precio que encontrarías en cualquier comercio, cuando lo lógoco es doblar. Por ejemplo, una botella de Maduressa estaba a 45 Euros y Les Alcusses a 22 Euros. En fin, que ante semejante atraco decidí no tomar vino. La cena, salvo unas mollejas -muy buenas por cierto- y unas empanadillas de carne, no estuvo a la altura de lo esperado. El "filet Mignon Argentino" que sirvieron a mi esposa estaba más duro que la suela de un zapato y el mío pizca más o menos. Además, la carne la pedimos al punto y la trajeron demasiado hecha. El panqueque de dulce de leche estuvo estupendo pero después del despropósito anterior, ya no puede disfrutar del mismo. Se me olvidaba, el servicio fue muy lento y al final pagamos 64 Euros los dos sin haber tomado vino.