Uno de esos restaurantes a los que siempre apetece volver, cosa que por cierto hago a menudo. Tanto por su materia prima, mucha de ella cultivada o criada en su propia casa, o sea un autentico “Km. 0” de esos que ahora están tan de moda, como por su trato que tras muchos años y muchas visitas se acaba volviendo familiar.
No me extenderé demasiado en hablaros del local, un típico restaurante de carretera nacional donde abundan desde camioneros a trabajadores y empresarios del cercano polígono. Por eso el truco consiste llegar hacia las 15h., que a esas horas ya están todos currando.
Abre por la mañana mu temprano, y sirve ininterrumpidamente hasta media tarde, por la mañana desayunos de cuchara, (totalmente recomendables), carne a la brasa, callos, judías con butifarra y otros platos típicos de la zona, y al mediodía disponen de un menú de 11€, compuesto de platos caseros y tradicionales de la cocina catalana.
Una de las cosas que sin duda hacen atractivo este restaurante es que siempre tienen la brasa dispuesta, y en invierno la chimenea encendida, cosa que en un día desapacible como el de hoy, es de agradecer.
Pedimos un menú de la casa de 11€ y otro con algunas variantes, 15€.
Que regamos con:
Cordero a la brasa
garbanzos
Ensalada
Y con menos, para desayunar suelo pedir una "llesca de pa de pagès torrat" con una tortilla, es más cuando voy por las mañanas ya ni me preguntan que quiero, la razón de pedir tortilla es que es de los pocos sitios donde los huevos son de sus gallinas criadas al aire libre.
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