El lugar bastante interesante, en un edificio antiguo pero por dentro completamente innovador. El servicio del vino fue correcto, con buenas referencias y precios buenos (tomamos un viña el Pisón por 27€ -seguimos extrañados por el precio). El personal bastante inexperto (incluso pusieron el plato principal encima del plato sucio del entrante porque no se habían dado cuenta y no lo retiraron). Los platos algunos bastante sorprendentes y buenos (como las manitas de cerdo rellenas de foie), pero otros bastante normalitos y a un precio alto (como un asadillo que no tenía nada de interés). Los postres muy buenos y acompañados de buenos dulces. En definitiva 170€ entre dos personas. RCP alta -aunque con sorpresa por el asunto del vino.

Restaurant con una cocina espectacular, situado en la cuna del buen vino. Combina modernidad y tradición (no solo las patatas riojanas de nuevo diseño, si no por ejemplo, los pies de cerdo rellenos de foie y manzanas, realmente espectacular). Es para volver y deleitarse.

Lo mas destacado de este restaurante es su decoracion. Totalmente diferente a lo que puedas encontrar por La Rioja. Servicio atento y diligente, con buena cadencia en el cambio de platos y en el servicio del vino. No aparecio nadie para aclarar dudas sobre el vino. La carta está equilibrada entre cocina tradicional y platos más modernos. Raciones correctas con buenos productos, aunque el cordero y la chuleta de vaca no son ni mucho menos aconsejables. Hay mejores en otros restaurantes. Muy buenas las alubias. Postres decentes.
No se si repetire, yo creo que debe apostar fuerte por un tipo de cocina, o tradicional o moderna, pero estar entre dos aguas confunde al cliente y no ayuda al escoger los platos.

Local ruidoso, y a veces repleto de humo.
Cocina honesta y abundante, además de bien realizada. Carta de vinos con muchas referencias pero caótica, copas mejorables y servicio del vino regular.
Le salva una gastronomía regional rotunda y sabrosa, además de una atención humana y simpatica.
Local frecuentado por enólogos y bodegueros.

Resturante con una decoración que contrasta con la arquitectura del municipio pero con una cocina de calidad que combina la gastronomia tradicional con otros platos con personalidad y todos ellos con una excelente presentación y una vajilla adecuada. La carta de vinos muy completa y que además incluye varios vinos de la localidad de una gran calidad.

Es un placer poder sentarse a la mesa y comprobar que en carta tienes separada la cocina tradicional y la moderna. Sus copas muy buenas y la carta un poco desorganizada, tal y como dice Nuria, pero con referencias a muchas DOs del resto de España (cosa cada vez más común en Rioja por fortuna). El sumiller no "toca platos" pero por desgracia tampoco sirvió el vino tras la primera copa. Está muy bien y merece la pena repetir. Coincido con Paco en que el local es grande y resta intimidad.

Coincido con Rodolfo en lo de la conjugación de la comida tradicional y moderna...ambas fantásticas. Curioso que la tradicional estuviese claramente especificada en la carta , a unos precios muy asequibles y unas cantidades para los amantes del "buen comer". Respecto a la cocina moderna , disfruté y mucho con el pichón deshuesado con vinagre de avellanas...Original el helado de vino sobre salsa de zurracapote.

Las copas muy correctas.La carta muy amplia y con bastantes referencias a otras DOs (de agradecer teniendo en cuenta su situación en plena cuna de grandes Riojas). No me gustó sin embargo su estructura, ni índice, ni títulos por tipo de vino o DO ....complica la elección del vino.
Por esto y porque el sumiller no sirve el vino, creo merece un 4.
Para quedar muy bien en reuniones de negocios,amigos y familias.

Impresionante.Tenía unas ganas enormes de ir. Me lo habías recomendado por diversas fuentes y tenía ganas de hacer un viaje por allí para conocerlo. Es una de las mejores muestras de conjugación de la cocina experimental con la tradicional cocina riojana

En un local de notables dimensiones (excesivas?) cocina espectacular, cocina de autor que combina modernidad y tradición (atención a las "Patatas a la riojana" de nuevo diseño). El servicio del vino espectacular y la carta para caerse de la impresión. Si a ese se le suma la cata con Benjamín Romeo.... ya está todo dicho.