Broche final a un Encuentro de foreros

Sorprende encontrar esta pequeña joya gastronómica en este minúsculo (pero precioso) pueblo riojano.
Moderna decoración que impacta con la ruralidad del entorno, algo que si no se hace bien chirria demasiado. En este caso debo decir que la decoración y comodidad del local están acordes y me gusta mucho la distribución de las salas, así como la decoración de las mismas y la distribución de las mesas.
Menú excepcional que para los 45€ que pagamos me parece de una RCP muy buena. Decri que a cada plato que traían a la mesa mi sorpresa iba en aumento, y eso que el crujiente de queso de cabra trufado con el que se inicia el festín, es un bocado sencillamente perfecto. La cuajadad de guisantes un ejercicio magnífico de juegos de textura y sabor, innovación y raíces que se vuelve a denotar en las patatas a la riojana que reinventan en esta cocina. Un plato muy bueno en el que, sin perder un ápice del sabor y el valor de esta cocina tradicional, da un giro de rosa más y se atreve a darle espumas y texturas. El riesgo en este caso es todo un acierto.
El resto del menú está detallado en comentarios precedentes, así que solo debo subrayar que, en nuestro caso, todo estuvo más que bueno y nos sorprendió gratamente cómo se da de cenar a 35 personas con esta calidad y este servicio tan amable y profesional.
No vimos la carta de vino, pero sí las neveras y la preciosa bodega acristalada, por lo que ya se intuye que las referencias están muy cuidadas. Las copas son de calidad y nos permitieron disfrutar de una gran velada entre grandes vinos y buenos amigos.
Sin lugar a dudas, volveré cuando me encuentre por la zona.

El precio no incluye el vino que llevamos cada uno de nosotros en esta ya tradicional cena de sobaquillo.