El gran desconocido

Conocimos de su existencia por Internet (mi residencia de verano y no lo conocía) vimos el menú y nos sedujo, menu degustacion 28 euros, allá que fuimos.

De entrada el trato amistoso y cordial de Juanjo ya nos hizo empezar con buen pie, amplio salon decorado rustico con una sensacion de calidez que nos agrado.

A medida que se sucedían los platos la cosa estaba bastante bien, foie, gambas, ensalada, nos salimos un poco del menú y pedimos quisquilla, impresionante, elegimos el vino y estábamos esperando el entrecot de buey cuando Juanjo nos sugirió unas sardinas a la brasa, pensamos que estaba loco sardinas y entrecot?, no era la mejor combinación, pero nos dejamos llevar, a los pocos minutos entro una fuente con 10 bellezas plateadas que solo con el prefume que desprendian decían cómeme, al probarlas se nos olvido el entrecot, VAYA SARDINAS!, despues de esto llego el entrecot pensábamos que después de las sardinas la carne no daria la talla, otra vez nos vimos sorprendidos por un entrecot con un corte mas que generoso y de una calidad buenísima con mucho sabor, llegamos al postre, quizás lo mas flojo, pero tampoco estaba mal, un platito de fruta del tiempo con dos bolas de helado de turrón y leche merengada, café y un par de gin tonics para acabar de rematar lo que había sido una comida excelente.

Un restaurante mas que recomendable, nos sorprendió gratamente volveremos.