Sin crisis.

Por fin, a la tercera he conseguido mesa en el Fussimanya, hay que llamar con mas de una semana de antelacion para conseguir mesa para comer a una hora decente, sino tienes la alternativa de esperar hasta el tercer turno a partir de las 16,30.
Excelente restaurante de montaña, carta de platos tradicionales muy bien elaborados y buena materia prima
Nada mas llegar nos han traido un platillo de embutidos y la coca torrada del Rector (por lo buena que esta deberia ser del Obispo, por lo menos). y el porron de vino que es lo que le pega aunque hay una buena carta de vinos,
de primero Parrilada de verduras y calamares romana, si calamares en la montaña y muy buenos.
de segundo Filete de cerdo al Jerez, excelnte
y pato con peras quizas demasiado grasiento
de postres Lionesas caseras con nata y helado crocanti
dos cafes, Total 62 euros
por ponerle pegas quizas las raciones demasiado abundantes es dificil acarbar con ellas.
Al salir y despues del saludos de la "mastresa" nos hemos aprovisionado en la tienda para asi seguir en casa con la agradable sensacion que nos ha dejado.