Para una comida sencilla y agradable

Como cuenta Dani no va más allá de un bar de pueblo. Local amplio y algo desangelado, con mesas de formica que eso sí, están bastante separadas. Tapetes de papel. Copas mejorables y una selección de vinos que se limita a unos pocos vinos por copas y a frascas de vino local (destacando el trasiego por el local de pálidos rosados). Cocina sencilla, con raíces borgoñonas, en la que la mostaza era la protagonista (sin que los sabores estuvieran descontrolados) y donde se come por un precio más que razonable.

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