Restaurante Terraza Carmona en Vera
Restaurante Terraza Carmona
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
33,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
60 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.3
Comida COMIDA
6.9
Precio medio entorno ENTORNO
6.3
RCP CALIDAD-PRECIO
6.3
Gambas inolvidables.
Al rico secreto.
Opiniones de Terraza Carmona
OPINIONES
16

Muy conocido restaurante de Vera, enorme, con parking propio, con salones amplios y terraza. Un sitio donde comer tranquilo y cómodamente, con trato correcto. Digamos, que profesional.

En cuanto a la comida, no fue tanto como esperaba. Quizás fue eso, las expectativas demasiado altas.

Con los entrantes empezamos muy bien, unos rollitos de pulpo con espinacas magníficos. Nos supo a poco. Luego pedimos paella y la verdad es que mal. La culpa mía por pedir paella donde no debiera. Pero es que me pierde. Veo paella en la carta y no puedo resistirme.

Así que me lo jugaba todo con el gallopedro. Horneado y al jerez. Esta sí es su especialidad por lo que esperaba mucho más. Lo acababa de probar en Garrucha y no soportó la comparación.

Al menos finalizamos con buen sabor con unos sorbetes de mojito y fruta.

Todo parece inmutable en este local. Repetimos este año aunque solo una vez.
Salón, servicio, carta, vinos, etc no ha cambiado ni un ápice en este año. Si que debo decir que en esta ocasión nos atendió un maitre muy atento, e incluso a la hora de pagar se acercó un camarero joven y simpático que llegó a bromear con nuestro chaval. Nos ofreció unos chupitos.

El detalle de la casa el omnipresente ajoaceite y unas aceitunas. Panecillos de aceite muy ricos.

Cena para 3 personas:

- Jamón de Jabugo 5J con bolitas de melón: O no tuvimos suerte con el corte o ya estaba demasiado curado.

- Roscos de pulpo y espinacas: Media docena de lo que para mi es de lo más conseguido en este restaurante. Crujientes por fuera y cremosos por dentro.

- Gambas de Garrucha (168€ kg !!!!): Pedimos 9 gambas a la plancha. Sin duda nos quedará el recuerdo de unas de las mejores gambas que hemos probado. Al límite de tamaño para no ser gambón, perfecto el punto de saql y plancha. Bravísismo.

Segundos:

- 2 de Gallo San Pedro frito: Buenas tajadas y aceptable fritura.

- 1 de gurullos con conejo y setas: Me gustan los diferentes guisos que prepararan a diario, y los sábados toca este. Muy gustoso aunque un tanto rácanos con el conejo.

Postres:

- Coulant de chocolate: Bueno.

- Sorbete de mojito con helado de menta: Muy conseguido.

- Tarta borracha de los Padres Mínimos de Vera: Bien. Jugosa y acertado el toque de licor (ron???).

No tomamos vino (hay controles!!!). Sigo viendo un servicio poco esmerado en otras mesas (ni siquiera están atentos a rellenar) y el coperío solo aceptable. Lástima porque la carta es larga y con alguna buena opción entre tantos vinos comerciales.

Precio total: 192.56€ (inc. pan y servicio a 1.50€, una cervez, un refresco y dos botella de agua de 1l a 2.30€)

La cena del otro día en este restaurante constituye unos de los hitos gastronómicos del año. Me sorprendió todo, comenzando por la existencia de este complejo hostelero en este pueblo de Almería.
La bodega ocupa un edificio aparte del restaurante propiamente dicho y es espectacular, perfectamente aislada y climatizada, con una capacidad de 18.000 botellas y que tuvimos la fortuna nos la enseñara un camarero apasionado por el mundo del vino, lamento no recordar su nombre. Como curiosidad reseñar que almacena exclusivamente tintos y espumsos, ya que blancos, rosados y dulces tienen muy poca presencia en la carta por la poca demanda de los clientes según nos explicó nuestro guía.
El comedor es amplio, con decoración entre tradicional y rural, con espacio suficiente entre mesas, si acaso un poco en exceso ruidoso. El menaje de calidad, copas Spiegelau y decantadores correctos, servicio del vino muy bueno a cargo del profesional anteriormente citado.
Comenzamos con un aperitivo en la bodega a base de buen queso y jamón, frutos secos y un par de fritos.
En la cena de cortesía excelentes olivas y un sabroso y fino ajo blanco.
Compartimos todo lo siguiente: secreto ibérico con costra de mostaza servido como un fiambre tipo roast-beef, sensacional, patés caseros de salmón y perdiz, alcachofas salteadas, gallo pedro y filete de buey troceado. Todo estuvo muy rico, pero el plato estrella de la cena fueron gambas frescas de la Garrucha, sabrosas y en su punto, tan buenas como las de Tarragona pero más grandes. Lástima que el precio sea casi prohibitivo.
De postres dulces típicos de la zona.
Pan magnífico de aceite.
El ágape se completó con una oferta de puros y licores en línea con el altísimo nivel de todo lo anterior. Mi GT estaba excelente.
A diferencia de otras críticas en mi caso el servicio rayó a mucha altura, profesional y amable, quizás influido por la presencia de clientes habituales del establecimiento en nuestro grupo.
En resumen, un restaurante que merece la pena el desplazamiento desde cualquier punto de España, y que habla bien a las claras del nivel fuera de serie de la gastronomía en nuestro país, con locales de gran calidad en todas las provincias.
El precio muy desiquilibrado por las gambas y los vinos que bebimos, pero fue más un banquete que una cena normal.

  • Gambas inolvidables.

    Gambas inolvidables.

  • Al rico secreto.

    Al rico secreto.

Tres días más tarde repetimos (la competencia en la zona no es demasiada), Ademàs queriamos probar algún que otro plato tradicional más.

No repetiré lo escrito en mi anterior comentario, pero eso si, sigo haciendo especial énfasis en el tema servicio: Malo.

Entrantes a compartir:
1 de ajo colorao: Una especie de masa cremosa hecha con patatas, pimientos rojos secos, tomates, ajo y raya troceada. Bien pero sin entusiasmar.
1/2 docena de gambas de Garrucha: Hermosas, frescas y bien hechas (a 165€ el kg!!!)
1 de tortillitas de chanquetes: Cuatro tortillitas como las de Cádiz pero con chanquetes (pocos, poquísimos). Bien fritas y tostadas. Cada una con una especie de pinza para no mancharte de grasa.

Segundos:
1 paletilla de cabrito al horno: Jugosa al máximo. Bravo.
1 de salmonetes de roca: 3 salmonetes medianos pero bien hechos.
1 de chuletitas de cabrito: Para saltarse las lágrimas (aquí la cocina se esmeró y las acompañó con un huevo frito, además de patatas fritas).

Postres:
1 sorbete de mojito: Realmente espectacular el sabor y muy bien presentado.
1 de buñuelos rellenos de chocolate negro: Muy buenos.
1 de buñuelos rellenos de chocolate blanco: Más anodinos que los de chocolate negro.

Precio total: 162€ (inc. IVA, pan y servicio a 1.50€, 3 cervezas, 1 refresco y agua de 1 litro a 2.25€)

Creo que ese es el motor de esta casa. Inquietud de Antonio Carmona y familia por rescatar platos de toda la vida y presentarlos en su comedor de una forma más moderna.
Carta que incluye remojón almeriense con naranjas y bacalao, ajo colorao, olla de trigo, guiso de pelotas, gurullos con conejo, etc. Por supuesto incluye mariscos y pescados de la zona. También asados de cabrito. Entre los entrantes algunas cositas más elaboradas pero sin arriesgar.
Sala dividida en 2 por una mampara de cristal hasta el techo, para separar al 100% la zona de fumadores de la de NO fumadores. Bien iluminada y climatizada, pero demasiado poblada de mesas, por lo que resulta bulliciosa.
Servicio malo, aunque numeroso, para lo que se espera. Las camareras como con desgana y los maitres sin transmitir entusiasmo. Solo Jose Carmona en la sala apuesta por la simpatía y las ganas de agradar.

Detalles de la casa: Aceitunas y ajoblanco (bueno pero pelín fuerte). Nada en la sobremesa.

Cena para 3 pax:

Entrantes a compartir:
1 remojón almeriense con naranja y bacalao: Flojísimo, demasiada patata.
1 ración y media de roscos de pulpo y espinacas: Como las croquetas pero con forma de rosquilla. En este caso, perfectas la fritura y la masa, cremosa a más no poder.
1 ración de gurullos de conejo: Me encantan este tipo de guisos. Realmente bueno y sabroso.

Segundos:
2 de filetes de San Pedro al horno: Correctas raciones. Bien a secas
1 de mero al horno: Buena ración. Un pelín hecho para mi gusto.

Postres:
1 de buñuelos rellenos de chocolate: Muy buenos
1 de bizcocho de dátiles: No sé por qué se le llama así. En cualquier caso empalagoso.
1 de tronco relleno de crema de higos: Suave, pero sigo buscando lo de los higos.

Carta de vinos:
Amplia pero ante todo demasiado conservadora. Eso no quita el que aparezcan, casi milagrosamente entre tanto vino comercial, algún Pingus o L'Ermita. Precios elevados (x2).
El servicio simplemente correcto por lo visto en las otras mesas. No hay servicio de somelier que sepamos. En nuestro caso no tomamos por el tema de los numerosos controles en la zona.

Precio total: 122,73€ (inc. IVA, pan y servicio a 1.50€, 2 cervezas, 1 refresco y agua de 1 litro a 2.25€)

Nuevamente visita a éste fantástico local, con alguna incomodidad inicial por la celebración de una boda en sus instalaciones (totalmente separadas del restaurante) y consecuentemente el parking a tope, presagio negativo como diría el agorero, pero que en modo alguno se correspondio con el desenlace final. Además, fácil aparcamiento a escasos metros y como coincidencia ó casualidades de la vida, nos habian asignado la misma mesa que cuando estuvimos el año anterior. La única diferencia radico que en ésta ocasión compartimos mesa y mantel con nuestros buenos amigos Paco y Marisú, en una velada realmente muy grata. Por cierto, detalle de ramo de rosas para ambas mujeres.
Local de corte clásico, decorado con gusto, espacioso y excelente separación entre mesas, las cuales gozan de una muy buena presentación.
La vajilla, cuberteria y cristaleria acorde a la alta categoria del local (uno de los más representativos/elitistas de la zona). Las copas para el vino a la altura del resto.
Realmente fue una cena un tanto atípica, en el sentido de que todos los platos fueron para compartir. No hubo plato fuerte individual por comensal tras unos entrantes compartidos como suele ser lo habitual.
Siguiendo el órden cronológico de presentación de los platos en mesa, iniciamos la cena con
una variedad de patés, que fue seguido por unas berenjenas rellenas que nos resultaron muy apetitosas y nos sorprendieron gratamente. El siguiente plato consistio en unas kokotxas al ajillo, y por experiencia personal considero que es un producto al que se le puede sacar mejor partido con una adecuada elaboración en cocina. Es una materia prima muy agradecida que admite mucho juego con un buen trato de la mismas.
Seguimos con unos Roscos de Pulpo. Se trata de pulpo a la gallega con cachelos, plato que resulto ser de los mejores de la noche. Un pulpo muy tierno y apetecible con unas patatas en su punto justo de cocción.
Plato esperado y tal vez por ello no llego a cubrir todas las espectativas que habiamos depositado fue el Carpaccio de Buey, que aún estando realmente bueno por toda la condimentación que lo acompañaba, el carpaccio apenar era perceptible por su excesiva finura del laminado. Aún así resulto un plato muy fino y sabroso
Para finalizar, un Chuletón de Buey trinchado con salsa de mostaza y fuente de patatas paja, resultando una carne sabrosa y tierna, a pesar de pedirla poco hecha y haber estado un tiempo de más sobre la plancha.
La cena fue maridada con una botella de vino San Vicente Reserva 2005.
La reposteria en su mayoria casera, nos obligo por recomendación de nuestras respectivas parejas a pedir un centro con diversos tipos de tartas. Evidentemente no sobro y muy especialmente la de chocolate. Se acompaño con una mistela.
Para finalizar los cafés.
La bodega es muy amplia, con vinos de buen nivel, muy variados en D.O. y añadas, incluso con selección de vinos internacionales.
El servicio debidamente uniformado, resulto de trato grato y profesional.
Repetiremos.

El mejor restaurante de cocina regional de la provincia de Almería, sin duda. Cuando viajo me gusta comer en sitios así, que se basen en la gastronomía tradicional de la zona, pero sin anquilosarse y sí actualizándose. Y eso lo hacen a las mil maravillas en este restaurante, que he visitado varias veces.

En nuestra última visita tomamos gazpacho de almendras (2), la pizarra de aperitivos para compartir (con sus torticas de avío, etc.), un esturión al horno y unas mollejas con habitas, todo muy bueno aunque mi plato (las mollejas) no me gustó todo lo que esperaba pues eran guisadas y yo las esperaba a la plancha, fallo mío por no preguntar. Buen servicio del vino, incluso en una ocasión (no esta vez) torpemente tiré la botella al intentar cogerla para servirme e inmediatamente el Jefe de Sala ordenó me lo repusieran y no me cobraron esta 2ª botella pese a que fue por mi culpa. Por cierto que nos quedó vino al acabar de comer (tal vez trajeron un poco tarde el vino) pero nos ofrecieron un platito de queso para acabarlo.

Total, con postres y cafés, 126 € para dos personas (vino de 33 €). No es barato, nada lo es hoy, pero creo que es una buena RCP y volveremos cuando nos acerquemos a la zona.

Estuvimos 4 personas para cenar. Pese a tener mesa reservada, al llegar al restaurante el personal pasaba por delante de nosotros pero nadie nos atendia, pensamos incluso que nos habiamos equivocado de puerta. Una vez colocados en la mesa, nos proporcionan las cartas, un poco liosas ya que los platos están dispuestos en verso, todos dentro de una composición literaria, por lo que hasta que acabas la carta pasa un buen rato y no recuerdas lo que leiste al principio. Queda muy original pero poco operativo. Al tomarnos nota, el camarero deberia haberse secado el sudor de la frente, no queda ni estetico ni higienico.
Pedimos para compartir cocochas de bacalao, normalitas, y una pizarra de aperitivos, alguno interesante. Cuando estas viandas estaban en la mesa aun no habian traido el vino y el agua no estaba servido en las copas, un desastre vamos.
Como platos principales timbal de merluza (20 euros), berenjenas rellenas (12 euros), carpaccio de buey (13 euros) y un solomillo iberico (14 euros). Todos los platos estaban buenos y bien presentados. Dos postres para compartir (11 euros). El vino no lo recuerdo, asi que no fue gran cosa pese a los 18 euros que costo. El precio total fueron 131 euros.
El sitio esta bien en general, pero el servicio deja mucho que desear, pese a que hay bastantes camareros, dan la sensacion de estar poco organizados.

Afortunadamente pudimos cenar en éste restaurante de fama sobradamente conocida en el mes de septiembre, y a pesar de que habia algunas mesas ocupadas, el servicio resulto excelente. Magnifica bodega adaptable para todos los gustos y bolsillos según la carta, ya que al tener que conducir no pude hacer uso de la misma. Tanto los entrantes como la carne, pescado y el combinado de tartas, de primerisima calidad. Local totalmente recomendado que espero visitar nuevamente pronto. Posiblemente la mayor dificultad radica para los que hemos ido por primera vez en la falta de señalización.

Por segunda ocasión,visitamos este maravilloso restaurante que no nos decepciono como siempre, decoración rococo y clásica, servicio excelente, zona de si y no fumadores, distribución de la mesas correcta, copas correctas, decantación del vino, y los platos completisimos y correctisimos, no pudinos hacer postres, dos platos cada uno y nada más, claro , es que antes de entrar en comedos picamos un poco con sus increibles tapas en la barra, que incluso dudamos si continuar y no entrar en el restaurante. Local muy recomendable, no es caro ni barato, mentira, es barato comparando segun en que zona de españa pero la calidad del producto da un resultado exquisito en el plato. felicidades una vez más.

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