Celebración profesional con 8 para comer, con lo que nos quedamos fuera de ese bonito comedor privado con mesa redonda pasando al general con espacios muy ajustados al ser un comedor de tamaño pequeño.
Servicio en sala perfecto y la cocina de producto en su grado superior.
Mientras llegar rezagados: unas aceitunas partidas y unos tomates desecados junto con una marca de la casa: garbanzos poco fritos y con una ligera salsa de alioli. Acompañamos de cervezas, claritas y un vermut rojo Martini. El pan, loncheado, correcto.
A compartir los entrantes:
. calamar de playa: pieza de buen tamaño, bien de fuego, textura y sabor, sin excesos de aceites,ajo o especiados.
. ortiguillas: buena presentación y buen producto, bien rebozadas, jugosas por dentro. Muy bien.
. fuente de marisco: con gamba roja, quisquillas, cigala y nécora: muy buen marisco siendo destacable la nécora (extraordinaria) y la cigala (por su tamaño y textura) siendo todo de muy alto nivel.
A compartir los principales:
. un pargo hecho a la sal que dió para una buena ración para cada uno de los ocho, perfecto de textura, carne jugosa, pero que mejoró su sabor y punto de sal con las 4 diferentes sales (me gustó mucho la arcillosa) y un buen aceite de arbequina suave Pago Baldíos San Carlos. Buena pieza.
Acompañaban unos pimientos de Padrón (o de donde sean), brocoli y patatas al horno correctos.
. carne, entrecotte, (creo un par de raciones) trinchado para compartir y acompañado de patatas fritas caseras, con ajos y sal. Todo en buen nivel.
Postre a compartir:
cazuela de fabada con manetas: hasta aquí el cocinero no tenía que estropear el muy buen producto , pero aquí se nota el punto de cocina clásica: perfecta cocción, cremosidad, sabor, compago de calidad que sustituye el tocino por manetas ganado en sabor y elegancia, amplia ración para tomar sin prisas.
Menos mal que era el postre y sobró una ración porque si lo traen de primero no hubiéramos llegado al final, pero ya una vez en carrera....
Castigados sin dulce por glotones, unos cafés y nada más.
Para beber, aguas aparte, dos magnum de un poco habitual en carta Senda de los Olivos vendimia seleccionada 2012 que está aún creciendo.
Y hubo quien de ahí se fue a jugar al paddel.
Un local que si lo que te gusta es la cocina de producto o/y la cuchara, está en sus mejores momentos.