Teníamos muchas ganas de probar el restaurante, a pesar de los negativos

Teníamos muchas ganas de probar el restaurante, a pesar de los negativos comentarios que me habían llegado a través de algunas amigas de confianza de que era un establecimiento bastante caro y sin demasiado atractivo. Tengo que decir que la calidad de la carne excelente. Esperando un aperitivo, un vino blanco de Rueda no demasiado bueno, pero que se cambió por un vino argentino Famiglia Bianchi Maldec del 2005 (color entre cereza y frambuesa, suave al gusto y al paladar, muy bueno) nos encantó. Para compartir entre tres, una ensalada de espinacas frescas con una vinagreta casi ausente, que no encandiló demasiado y un Provolone que no le supimos sacar la gracia, a tan comentado queso. De segundo para compartir también una parrillada de diferentes carnes (16 euros/pax) con dos patatas envueltas en papel de aluminio con una salsa por encima. Te ofrecen la oportunidad de que si la carne se te queda fría, le pueden dar un golpe de parrilla. De excepción el Chimichurri. No nos atrevimos con los postres (algunos sin azúcar) y para acabar dos infusiones y un café solo. Resultado: 33 euros por persona.