Recientemente han renovado la carta, manteniendo algunos platos de gran éxito (las patatas bravas, los mejillones a la plancha, las croquetas de rostit y bacalao...) y ofreciendo algunos nuevos con toques de modernidad y contrastes arriesgados.
Tomamos de los "antiguos" las bravas, las croquetas, excelentes, y las tiras de pollo rebozadas. Y de las nuevas el arroz con esturión y helado de caviar y las alcachofas confitadas con naranja. El primero me gustó a pesar de que el esturión, que nunca había probado, me pareció bastante insípido. El helado prometo que sabia a caviar,y todo mezclado resultaba original.
Las alcachofas estaban ricas pero la ración era microscópica. Creo han de ser un poco más generosos con la cantidad en este plato.
El pan con tomate como siempre muy rico y con la botella del buen aceite del Montsant a tu disposición.
De postre coulant de chocolate, esplendido, y otro de una especie de mousse frutal que dijeron estaba muy bueno.
En la carta de vinos falta alguna referencia, sería mejor poner aunque fuera a lapiz "no disponible".
Esta ultima temporada han cambiado en gran parte el personal que tenían antes, y el nuevo equipo está todavia en rodaje, lo que redunda en mayor tiempo de espera en el servicio, bastante más que hace poco tiempo. Habrá que darles un voto de confianza, pero que no se duerman. Al menos se les ve voluntad y amabilidad y eso es un buen comienzo.
El maitre y el equipo de cocina siguen rindiendo a muy buen nivel.
Es una aportación culinaria moderna, divertida y original en Tarragona, pero con detalles a pulir EMHO. Les felicito porque ha desaparecido la enorme pantalla de TV que había antes.
