Mas que un clásico de Logroño, se puede decir que es la primera referencia

Mas que un clásico de Logroño, se puede decir que es la primera referencia en Asador de la ciudad. Fermin, su propietario, tiene sus propias reses pastando en los valles norteños de Navarra. Y si añadimos tu toque magistral en las brasas, el resultado es que el chuletón tiene usía en este restaurante. La decoración es típica norteña con madera y ladrillo sin grandes complicaciones. El servicio del vino muy correcto y la carta de caldos tiene 73 referencias, todas ellas de la DOC Rioja. Comimos unos entrantes de boletus a la plancha y otro de pimientos de su huerta con jamón ibérico con un toque de horno. Excepcional el aceite que acompaña a sendos platos. Chuletón para dos y de postre , goxua. Para acompañar el café, un pacharán casero, simplemente genial. Todo ello fue regado con un Roda I 02, redondisimo. El personal atento y profesional. El billete para este viaje epicúreo fue 60 euros, muy correcto.