Suelo visitarlo una vez al mes para comer y no defrauda nunca a pesar de
Suelo visitarlo una vez al mes para comer y no defrauda nunca a pesar de que su carta sigue idéntica. No dispone de menú del día, pero sí elaboran un "plato" del día, que suele ser un arroz.
Las raciones no son ni generosas ni justas y se acoplan al precio que fija la carta. Tiene la opción de pedir vinos por copas y dispone de una aceptable variedad de caldos. Las materias primas son de buena calidad, el punto de cocina correcta y la presentación trabajada. Todo ello sin pasar de 15 euros por persona, inclyendo postre –excelente tarta de chocolate con dulce de leche argentino como sus rectores- y café a 0.95 euros, precio casi imposible de encontrar en otros locales. Y si le echas cara, la casa invita a un chupito.
La atención y el trato es de lo más amable sin empalagar. Lo menos bueno, la distancia entre las mesas y el aparcamiento, aunque hay ORA en las inmediaciones y a partir de las 14 horas suele haber sitio.