Silabario.

El Silabario de Tuy afronta el reto de la estrella Michelín sabiendo lo que se espera de él. Sobresale el servicio del vino, la atención cercana pero no sobreactuada.
La elaboración es buena aunque a mi juicio no roza la excelencia. Claro que si lo hiciera aspiraría a más estrellas. El rabo de vaca vieja, excesivamente fibroso. He salido satisfecho a pesar de que la entrada al local se hace fría. Enseguida te atiende el jefe de sala y entonces se disipan todas las dudas. El día que nos acercamos, 6 de diciembre, me pareció que tardaron unos minutos más en atendernos de lo que sería habitual. Pero ofrece un extra que no he visto reflejado en otros comentarios ni en otros restaurantes y que es muy digno de mención; la posibilidad, que utilizamos, de disfrutar el café en una sala ad hoc, con ventanales a los prados de al lado y al cielo que comparte con Portugal.
Resumiendo, una excelente elección para una experiencia gastronómica notable.

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