Despés de intentar sin éxito reservar un sábado con un mes de antelación

Despés de intentar sin éxito reservar un sábado con un mes de antelación sin éxito, me llamaron la noche anterior (me habían puesto en lista de espera) para decirme que tenían mesa. Local muy bien decorado (a mi gusto) donde están cuidados hasta los más mínimos detalles. Mesas amplias (8 en total) y bien distribuidas. Quizá la sala un poco ruidosa, pero lo achaco a que había 4 mesas con 6 ó 7 personas. Vajilla, cubertería y cristalería (Riedel) a la altura. Carta de vinos normal, acorde con el entorno pero para nada destacable. Servicio del vino correcto sin más. Menú espectacular (calcado al de la web). Servicio cuidado y con ganas de agradar, con algún pequeño fallo (entiendo que al llegar nos saluden en catalán, pero una vez que contestamos en castellano y la persona de recepción nos contesta en castellano, creo que el resto de personal de la sala no debería de volver a dirigirse a nosotros en catalán, pues cada vez que venía una persona de sala nueva, a repetir el ritual, hasta 5 veces!). La cuenta, 2 menús degustación, un gewurstraminer alsaciano, 2 copas de vino dulce y una infusión: 355 euros (que creo que la cena disfrutada los valía con creces). Como resumen, un sitio muy especial con una cocina fantástica con mucha personalidad. Muy recomendable.

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