Merece la pena acercarse a tapear a este pequeño local, algo apartado de las zonas bulliciosas de Barcelona.

Me di una vuelta a eso de las 18:00, poco concurrido, pero mejor para mi, seguramente con el local a tope lo hubiese disfrutado menos.

Buenas referencias por copas (Chateau Pibarnon 5.-) y una carta de vinos extensa y con referencias de dentro y de afuera muy curradas.

Servicio de vino impecable, temperatura, copas (Spiegelau). La barra atendida por Susana, agradable y cercana.

Ración de callos bien presentada, melosos, picantes pero dejando seguir sin destrozar el paladar. Buenas las croquetas de Ceps, ligeras, suaves, bien cocinadas de fuera a dentro. Tema ibericos de calidad.

Hablando con Dani Chavez (Un track-record a las espaldas de lujo, Fat Duck - Bulli incluidos) me contaba la idea que se perseguia en este local, cocina de mercado, fijando el tiro en la elección de materia prima de claidad, y lo estan consiguiendo.

Rematando, como no podia ser de otra forma, con un GT bien servido.

Local algo incomodo y ruidoso, sobre todo cuando esta a tope. Se les ha hecho pequeño ya. El tapeo y los platillos están de moda.
Lo mejor, la comida. Lo peor, una cierta desorganización en el servicio que seguro que mejorará con el tiempo.
Buena bodega en armarios climatizados y buena cristaleria y vajilla.

Tomamos unas papas arrugas, que aunque no fueran las autenticas canarias no estaban nada mal. Unas "croquetonas" de ceps excelentes.
Unos tacos de atún marinados a la plancha en su punto.
Patatas bravas, regularcillas.
Tacos de solomillo de vaca gallega, jugosos, con pimientos de Padrón.
Albondigas con ceps, muy buenas.
Postre, helado de chocolate belga de una conocida marca.

Para beber tomamos cerveza y un par de copas de un verdejo llamado Groc.

Hoy ha inaugurado este local, rebuscando el trato/gusto de antaño y con buena carta de vinos. No he visto ni la carta ni los vinos, aún así por la pizarra y por quién lleva el tema de vinos puedo decir que tratarán buen producto y fresco Plancha, así como cocina tradicional. El local es pequeño, con barra predominante (como debe ser) cerveza Mahou clásica, ambientación vínica (maderas de bodegas...mapas de zonas vinícolas (francesas Borgoña...)... En Vinos, pues de un distribuidor reconocido, con gusto por lo francés, sin olvidar excelentes elaboradores patrios (Alta Alella, Pago de los Capellanes,Viña Sastre y largo etc.).
Encomiable es que en una época como la que acompaña (crisis, cierre de locales,etc) unos valientes salgan a la palestra para ofrecer algo nuevo.
Sale con la garantía de Can Pineda...familia...
zona creo que complicada, aunque con fácil parquing encima la acera
mucha suerte