Jornadas gastronómicas del bicentenario

Reserva en las jornadas gastronomicas del bicentenario y primera visita a Casa Andrés. Restaurante pequeñito, algo ruidoso, pero acogedor. Servicio atento y muy efectivo. El menú compuesto por un costrón con habas tiernas (un pelín frías) y ravioli de tocino, técnicamente el más conseguido del menú, muy rico. Seguimos con un bacalao rebozado en leche de almendra con tomate y pilpil (inexistente) que me parece un trasunto del bacalao a la baezana, correcto para mi gusto algo más hecho de la cuenta, pero entendiendo que el tipo de clientela de este restaurante en estas jornadas puede ser lógico. Seguimos con una pepitoria de ave, la pepitoria de muy buena factura, el ave no tanto, la pechuga muy seca y el muslo de gallina algo correoso, debería ajustar los puntos de cocción por separado y evitar que la carne llegue tan seca al plato. El postre, natillas de oliva virgen y vainilla con helado de canela y galleta, una manida deconstrucción de las clásicas natillas con galleta, pero bien resuelto y con un sabor pleno, muy correcto. El menú incluia pan, agua y vino de la tierra, que para el menú también lo podemos calificar de correcto y ahora lo más importante por 20 euros iva incluido. Pese a los pequeños detalles a mejorar me parece un menú con una relación calidad-precio excepcional, lo que le hace un restaurante muy recomendable, no obstante habrá que visitarlo fuera de jornadas a ver que tal se desenvuelven, pero por ahora apunta buenas maneras, a tener en cuenta.