Cariño por el buen quehacer
En Bailén nos acercamos al Restaurante Casa Andrés, que además de restaurante dispone de Gastro-Bar y hotel. La ciudad de Bailén vivió una etapa de bonanza económica en la etapa dorada de la construcción, ya que fabricaban ladrillos. Hoy en día han cerrado más de 150 pequeñas empresas de ese sector y el municipio lo nota severamente.
Pero aun así, Casa Andrés sigue ante el mal tiempo con buena cara, transmitiendo su cariño por el oficio, ofreciendo su cuidada cocina, su bodega y su esmerada atención. Lógicamente la carta no ofrece la amplia y selecta selección que tenía antes pero no defrauda a quien se acerque a compartir mesa y mantel.
Un comedor suficientemente espacioso, estudiada iluminación, con mesas amplias, bien presentadas y cuidado menaje da siempre una óptima primera sensación.
Antes de empezar nos puso dos aceites de la tierra para untar pan, ¡estamos en Jaén la mayor región productora de aceite de oliva del mundo! Uno muy fino, limpio, brillante y comercial. El otro de color más oscuro, menos brillante, un pelín turbio… pero qué amplitud de sabores, que potencia en intensidades. Nos quedamos con el segundo, un primera presión en frío sin filtrar, aunque nos dijeron que los comensales foráneos suelen quedarse con el primero, bueno también, pero mucho más comercial.
Empezamos por un risotto de setas y lascas de jamón ibérico de correcta elaboración y sabores aunque hubiéramos preferido que esas lascas hubiesen sido virutas para fusionar mejor los matices.
El otro plato fue unos Huevos Fritos con Cebolla Caramelizada y señor trozo de Foie. Sabroso y poderoso.
Los segundos fueron unos correctos Canelones de Rabo de Toro y un riquísimo lomo de vaca vieja muy poco hecho (lo que en muchos restaurantes mal denominan “buey”, que auténtico buey, como buen político, ya casi no existen).
No tuvimos sitio para el postre.
El evento fue regado por un Marqués de Murrieta Gran Reserva 2003 Selección Exclusiva Única, que por su elegancia y emociones… si tuviéramos que reflejarlo en una mujer, sin duda sería Charlize Theron.
La cocina, bodega y un cariñoso trato por 35€ por persona, es una muy buena RCP que deja en la memoria una grata sensación y ganas de repetir pronto.