Restaurante Cubik en Madrid
Restaurante Cubik
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
22,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
25 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.7
Comida COMIDA
4.7
Precio medio entorno ENTORNO
4.7
RCP CALIDAD-PRECIO
5.7
Opiniones de Cubik
OPINIONES
3

2 años después de nuestra última visita, decidimos volver a pasar por nuestro restaurante preferido en la categoría de "BBB" (Buenos, bonitos y baratos), el CUBIK de Madrid.

Y reconozco que no hemos decidimos volver hasta ahora porque algunas cosas de la carta han cambiado, y de la anterior prácticamente nos habíamos pedido todo lo que me llamaba la atención en varias ocasiones. Como las visitas que pudisteis ver en mi blog de 2010 y la que hicimos un año después, en 2011, y de las que se mantiene la gran mayoría de platos aún en la carta de este año 2013.

Y sigue siendo mi favorito en sitios de "esta categoría BBB" por sus imbatibles menús en relación CALIDAD/PRECIO. Como el menú EXPRESS, donde se puede elegir un plato del MENU CUBIK y una bebida por 7,5€. El precio del MENU CUBIK para el servicio de mediodía excepto festivos es de 11€ por primer plato, segundo, y postre.

Personalmente creo que ofrecer una cocina creativa a estos precios y con un buen resultado, en pleno centro de Madrid, con posibilidad de reservas (no como en otros "BBB" al estilo de Public, etc donde no se admiten), y un excelente servicio por parte del personal (explicando los platos, aclarando dudas, sin meter prisa al cliente para llenar de nuevo la mesa, etc.) hacen que para mi, no tenga dudas.

Está claro que cuando uno va aquí, no va a La Terraza del Casino de Madrid, no es ese el concepto ni pretende una "estrella Michelin". Sí que puedes encontrar una comida original, perfectamente cocinada, que deja muy buen sabor en boca y que se sale de la oferta tradicional del menú del día de la mayoría de bares de la zona. Lo importante es que es un sitio que merece la pena y en el que con poco presupuesto, puedes lograr un más que buen resultado, unos platos más que originales que pueden hacer de una comida simple, una comida para recordar después por la original propuesta y la relación originalidad/calidad/precio.

Todo un despropósito.

La decoración del local presagiaba el error de mi elección para una cena de calidad. Decoración Ikea, mesas sin vestir, sillas de metacrilato cutre, paredes con colores chillones, luces de neones violetas, y fotografías en la pared de entrada sin ton ni son... un encanto!

Al entrar, nos recibe el "encargado de sala" que nos sitúa en una de las mesas. Como habíamos reservado por internet disfrutábamos de un suculento descuento del 50% en el precio de menú degustación, razón que me terminó de convencer... y ya se sabe "nadie vende duros por 4 pesetas" y "lo barato sale caro"...

Comenzó el esperpento con una crema de espinaca fría con pimiento relleno de queso y nueces... todo de ínfima calidad y sin ligadura por ningún lado, para continuar con un pretendido sashimi de salmón con fideos crujientes y crema de coco que es probablemente el peor plato que jamás he tenido oportunidad de saborear: un pedazo de salmón crudo colocado en el plato tal que tapete de entrada de vivienda sobre el suelo, con unos fideos de bolsa matutano situados por encima y una especie de salsa viscosa que por su apariencia bien podrían habérsela ahorrado, pues daba más para imaginarse ciertas cosas, que otras... siguió la secuencia Pyton con una paella, que, hay que decirlo, se dejaba comer... para posteriormente tardar aproximadamente 25 minutos en servir un atún de peor calidad aún que el salmón. Se finaliza con una "lasagna" de solomillo con cabrales. Puesta como la paella, a compartir entre 2 comensales. Trozos de carne situados el uno encima del otro separados por láminas de tortilla de maíz frita. Una delicia si se tratara de un burrito modernizado comido en las afueras de NYC o México DF, pero no como colofón de un menú degustación de un Restaurante que se anuncia de "Cocina Creativa Internacional con Influencia Latina".
Para culminar el desaguisado me derramaron toda una cerveza entera por encima: disculpas pero ningún detalle en forma de invitación, salvo la reposición de la susodicha...
No vale la pena si quiera comentar que en el capítulo de postres se presenta un bizcocho tal como el del Mercadona, con una bola de helado de violetas (este sí que me gustó) y otra vez una crema viscosa, esta vez de maracuyá... Sin pies ni cabeza como todas y cada una de las elaboraciones anteriores. Se cierra todo con un pretendido cóctel de fresas y pétalos de rosa. Sencillamente no me lo pude tomar.

Precio por persona del menú con el descuento: 17 euros. Carísimo para la calidad de los platos...
En el capítulo vinos: nada destacable. Unas cuantas referencias de blancos, unas cuantas de tintos, sin nada destacable. A penas 20 referencias... Enate 234, Riojas y Riberas sin grandes pretensiones... nos decantamos por tomar cerveza (y menos mal... porque ésta sale mejor que el vino)

Escapamos del bullicio de un Madrid inundado de "orgullo" para buscar un poco de relax y buenas viandas y recalamos en este restaurante informal de la calle Aduana (paralela a Jardines, donde la sala El Sol). Las sillas son de metacrilato y la decoración modernilla. Tomamos el menú degustación con una oferta del 50 por ciento y salimos contentos y saciados. Fuimos 4 personas. Tras un pequeño aperitivo, llegó el gazpacho de sandía y fresas, muy refrescante para pasar los primeros calores después de patearnos el centro. Luego el tomate con pulpo y vinagreta de melocotones....tambien apropiado para Julio, aunque tal vez el pulpo estaba un poco gomoso. El arroz con trompetas de la muerte y carabinero tambien nos gustó, en este caso ponen un plato para compartir por pareja, pero teniendo en cuenta que el menú es largo está bien pensado. Mas tarde comimos atun rojo con ceviche de olivas, jugoso. A la hora de los solomillitos con tortillitas de trigo tipo lasaña y crema al cabrales, ya casi no podíamos más...aunque estaban ricos. Acompañamos la cena con un par de botellas de Martivillí (Rueda). El menú incluye dos postres, una tarta de chocolare enjundiosa y un sorbete de maracuyá al vodka muy cremoso...y tambien muy apropiado para rematar y empezar de nuevo la noche. Tambien tomamos café....y todo por 25 euros por cabeza¡¡¡. En general el restaurante tiene precios ajustados en la carta. Las raciones no son muy grandes, pero en el caso del menú degustación no se trata de un problema....todo lo contrario. Ambiente "casual". El servicio a última hora tal vez un pelín lento, pero era sábado y estaba a tope.

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