Restaurante Freixa Tradició (RESTAURANTE CERRADO) en Barcelona
Restaurante Freixa Tradició (RESTAURANTE CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
32,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Los domingos y los lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
54 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.7
Comida COMIDA
8.4
Precio medio entorno ENTORNO
7.6
RCP CALIDAD-PRECIO
7.7
Opiniones de Freixa Tradició (RESTAURANTE CERRADO)
OPINIONES
21

Hacía tal vez 9 años que no me acercaba al Racó y me encuentro con un continente modernizado pero con un contenido que, gracias al buen hacer de Josep Mª Freixa, afortunadamente sigue igual de bien como antaño.

La primera sorpresa fue poder reservar mesa con 1 hora de antelación.
Como bien se ha comentado, decoración tenue, inmaculadamente blanco, minimalista si cabe. Las mesas, perfectas, amplias. Vajilla de Villeroy, cristaleria Schott Zwiesel.

Nos atiende la Sra. Freixa. La cena consistió en un poco de pica-pica y segundo(2 pax):

- Croquetas de asado. Riquísimas.
- Buñuelos de bacalao. Como los de mi madre.
- Coca de pan con tomate. Pse.
- Anchoas. Aquí un pelín caro, 5 anchoas por €12.
- Merluza al horno con aceitunas y salchichas dulces. Fantástico. Fresquísima merluza, patatas perfectas, divertida la cara que se te queda al probar las salchichas dulces, son como un caramelo. Como siempre, impecable presentación del plato (antes y al servir).
- Cafés, Orujo de hierbas, sin postres.

Para acompañar, el sommelier nos ofrece probar algún vino con godello, pero a mí que no me hace mucho, le pregunto por el Mengoba y me lo desaconseja. Al final, nos decantamos por su segunda recomendación: Organistrum 2007. Albariño con crianza de Martín Codax, un poco discreto de nariz, pero con una acidez muy comedida (tal y como nos indicó), que maridó bastante bien con la merluza. El precio, más o menos razonable: €30 (cuesta sobre los 16 en tienda). La carta de vinos se me antojó un poco corta, será que recordaba el "tocho" que tenían antes.

Mi único pero, el ruido de fondo o ambiente cuando el local estaba lleno. Un poco molesto.
Como nota curiosa, el comentario de una de las camareras, a nuestra pregunta sobre la hora de cierre (estábamos esperando a unos amigos para un GT): “A ninguna hora. Cuando ustedes se vayan”. Caray! Nunca había oído eso. Sólo por esto, ya se merece un 10. En fin, nos alargamos un poco, pero tuvimos la habilidad de no ser los últimos en abandonar el local, allá por la una de la madrugada.

En resumen, comida maravillosa, como la de antes, como siempre. Servicio muy muy bien. Calidad-precio, para mí, insultantemente excelente.

Discretamente ubicado y señalizado en una callecita del privilegiado barrio de Sant Gervasi.

Iluminación tenue, muy lograda, que junto con la decoración (buen gusto y austeridad) y la holgada disposición de las mesas, consigue una atmósfera seria, fría, serena, elegante, intimista.
Intachable su equipación: mobiliario, vajilla, cristalería, mantelería...

Cocina tradicional catalana de amplias miras.

Nos dejamos en todo momento aconsejar por la maître, una encantadora señora “acentuadamente” catalana, con mucha clase, y fue un acierto.

Croquetas de cocido: puntilloso y ligero el rebozado y consistente la masa. Hogar.
Buñuelos de bacalao: de los de antes, de los de toda la vida. Añoranza.
Raviolis de patata rellenos de perdiz a la vinagreta: la fuerza de la perdiz y el vinagre atenuados por la neutralidad de la patata. Conjunción.
Rossinyol del país con butifarra negra: asamblea de potencias. Sabor.
Macarrones a la barcelonesa: nos dijo la citada maître que nos los recomendaba aunque sabía que nos iba a sorprender tan “vulgar” recomendación. Honestos, naturales, sencillos. Muy ricos, no se si tanto como para recomendarlos entre todas las delicias que pueblan su carta, pero los disfrutamos. Infancia.
Colmenillas a la crema con confit de pato y foie. Fue mi plato principal (otros tomaron pescados y carnes). A mi éste me sedujo desde el principio. El marcado sabor de las colmenillas, la textura y dulzor del confit... y el foie, ahí, coronando y amalgamando... Bomba.

Buena carta de vinos, bastante subidita en cuanto a precio. Tomamos varias botellas de un destacado godello, Val de Sil. Para el final de la velada nadie quería tinto excepto yo, y el sommelier, un tipo simpatiquísimo al que se le nota que le gusta su trabajo, tuvo el detalle de sacarme una copa (al final fueron dos) de un “torazo”, Victorino, con el que rematé esta gran cena.

Servicio impecable.

Que no cambien (que no lo harán).

Desde que Freixa padre volvió a tomar las riendas de este restaurante, lo considero el mejor de Barcelona cuanto a cocina catalana.

ya se ha explicado suficientemente el montaje, servicio, vajilla, ubicación, etc.

Esta última visita no fue una excepción.

Tomamos algo de picoteo para empezar : una bandejita de embutidos de la Garrotxa, unos buñuelos de bacalao, unas croquetas de rostit (las mejores de Bcn) y unos pimientos asados.
Acompañados de un vermut Izaguirre Reserva. Todo excelso.

De plato fuerte comimos un entrecot de buey y un pollo de corral guisado con orejones e higos. Muy bueno.

De postre un biscuit con salsa de frambuesa y una manzana al horno, En su punto.
Petit fours de primera división.

De beber, un cava Torelló Mata Trepat a 20,00 €

A este restaurante ya sabes a lo que vas y encuentras exactamente lo que buscas. Muy ricos los canelones, carrillera, croquetas y callos, pero lo mismo hecho por mi madre, abuela o suegra no tiene nada que envidiarle. Totalmente recomendable, especialmente para los que no tengan la oportunidad de comer estos platos en casa. Precios quizás un poquito subidos: dos personas, 64 € (1 primero, 2 croquetas, 2 segundos, sin postre, y 1 copa de vino).

Cena con doctortjk, su esposa Adriana y javierbb. El servicio, mejor que la otra vez. Esta vez nos atendió la señora de Freixa todo el tiempo. Como siempre, sumamente agradable y atenta.
Tal como dice javierbb en su comentario, tomamos de aperitivo croquetas de asado, buñuelos de bacalao, canelones de tres carnes gratinados y pimientos escalivados y confitados. Todo riquísimo, incluido el pan, una vez enseñamos a nuestros amigos mexicanos cómo tomar los pimientos.
Dado que Valente y su esposa no conocían demasiado la cocina tradicional catalana, me permitieron que los aconsejara con el plato principal. Tomamos fricandó con moixernons (Valente), pies de cerdo estofados con ciruelas y piñones (Adriana), entrecote de buey con confitado de patatas y pimientos (javierbb) y callos y morro con garbanzos (sublime, incluso de noche y a finales del verano). Igual no quedó muy bien el mojar pan en la salsa, pero me pudo la gula. A Adriana se la veía contenta mientras desmenuzaba los pies de cerdo, que venían acompañados de una salsa con un aspecto y olor im-presionantes :-)

Aunque no llegamos a los postres, nadie se dejó nada en el plato... ¿Buena señal?

Y llegamos al vino... Como me temía que iba a tener problemas con el sumiller, me llevé mi termómetro. El Tocs 2004 -obsequio de nuestros amigos mexicanos- lo sirvió a 20ºC. Al cabo de un rato pasaba de los 21ºC, demasiado caliente para mí. Se notaban demasiado los 15º, o más, del vino. El Chaparral de Vega Sindoa 2007 nos lo sirvió a más de 21º, y sin decantarlo. Después de ponerlo en hielo, bajó hasta los 17º, momento en que apareció un vino muy bueno. De nada sirve la cristaleria buena, si el sumiller no tiene el vino a temperatura. Me extraña que el vino que acabamos de pedir venga a esa temperatura del armario frigorífico. Lo que me lleva a pensar dónde estuvo esa botella hasta que la pedimos. En un armario para vino, no... a menos que estuviese estropeado o desconectado.

Javierbb se tomó un café, y nos trajeron petit fours para todos. Aunque apenas los probaron, estaban deliciosos. También nos pedimos un par de copas de moscato de Ochoa, que no d'Asti, recomendado por el sumiller. Como los anteriores, le faltaba frío. De nada sirve que pongan la temperatura de servicio recomendada en la página web.

Al sumiller se le escapó alguna risita al final de la cena... A ver si la próxima visita hay más suerte... o me pido una cerveza.

Tras los comentarios de varios amigos veremeros y la visita de Doctortjk, decidimos visitar este restaurante. El diseño es modernos y elegante a la vez, las mesas comodas y con la suficiente distancia unas con otras.

El servicio muy bueno, sin sobresaltos en ningún momento, camareros muy atentos a todo lo que ocurría en la sala.

La comida de muy buena calidad, probamos de primeros, las croquetas, los buñuelos, pimientos escalibados y los canelones. De segundos, un entrecot de buey, pies de cerdo, fricandó…. Francesc, tú que comiste de segundo??? Los platos lo cierto es que se comían con la vista, pero además al menos el buey estaba en su punto justo, imagino que el resto también.

Vino aportamos una botella de Tocs 2004 que trajeron Valente y Adriana y después probamos el “El Chaparral de Vega Sindoa 2007” de Bodegas Nekeas, buen vino pero con precipitados. La carta de vinos curiosa como comenta Francesc, pero a mi entender es corta y algo elevada de precios, noté casos de x3.

No llegamos a los postres, por lo que no puedo comentar nada y solo fiarme de lo que comentan el resto de foreros que me merecen toda la confianza.

Al final nos pusieron una cesta con petit fours que acompañamos con dos moscato d'asti ochoa, un vino diferente que no me acabó de convencer.

Salimos a unos 145€ por 4 personas sin postres y con un solo café, no es nada caro teniendo en cuenta el lugar, la calidad de la materia prima y el servicio recibido a cambio.

Con la nueva aparición de una serie de restaurantes de cocina tradicional en Barcelona, llegó Freixa Tradició.

Hay muchos comentarios asi que no me extenderé demasiado. La nota general es que todo muy bien, pero sobre todo el sitio rezuma estilo. La familia Freixa tiene mucha clase y eso se nota en pequeños detalles.

Como siempre diré que el servicio de todos muy bien, excepto algún camarero nuevo que pedía a gritos al sommelier cual era el vino que nos tocaba, pero en estos dias de dios eso es aceptable.

La comida ya digo muy buena. La carta de vinos, funcional, actualizada y algo cara pero está claro que han de ganarse la vida.

Comimos:

- Croquetas de Pollo
- Canelones
- Rulo de conejo butifarra y setas
- Suquet de peix
- Chuletas de cabrito a la milanesa
- Crema Catalana
- Tarta de Melocoton

Todo ya digo muy bueno.
Beber: 2 botellas de Martivilli Rueda.

Para repetir asiduamente.

Cuando salimos de comer de estos restaurants, me da la impresión, que en otros lugares nos toman el pelo.Tan difícil es hacer cocina sencilla, con productos de primera calidad y con gusto en la elaboración,?? El resultado, genial.Local de categoría con una decoración sencilla y moderna, donde los platos son "guau" .3 pax.Empezamos con las clasicas croquetas y buñuelos de bacalao, exquisitos ambos, (2)calamares planxa, ensalada de lentejas con arenque y butifarra esparracada ,costillitas rebozadas, tripa y callos con garbanzos (geniales, los mejores que he comido nunca) cervezas, coca-cola, aguas, pan exquisito,copas explendidas y nuevas, cuberteria preciosa,vajilla explendida, caldo recomendado por el sumelier acorde con la comida, geol 2006 (30,00 €), no pudimos ya con postres, pero visto lo de las mesas vecinas, correctisimos, detalle petit fours, explendido en los cafes, copa de wodka con repetición por parte de la casa ,175 €, visto lo visto, creo que por 60 € por barba, no se puede pedir más , despues del resultado de esta visita.Lugar encantador, buen servicio, "PROFESIONALES".Recomendable, y lo situo en la lista de mis favoritos.Felicidades.

Llevo todo el día tarareando esa canción de Pet Shop Boys. Me he levantado con ella en la cabeza. No sé si tendrá algo que ver con la cena de anoche... tal vez.

Lo cierto es que hacía tiempo que buscaba un lugar en BCN donde poder comer así: comida casera con un entorno no garrulo. Buena decoración. Iluminación idónea para una velada sin niños. Buenas vajilla, cubertería y copas (Schott Zwiesel hechas a mano para el vino y Riedel para el agua). El señor y la señora Freixa, como siempre, simpáticos y afables. El punto negro, el resto del servicio. El camarero extranjero necesita un amplificador; no se le oye nada. La camarera necesita un nuevo modisto; el uniforme la hace parecer un marimacho, aunque lo compensa bastante bien con su simpatía (la vi vestida de calle, y cambia una barbaridad... para mejor). El sumiller... por segunda vez estuvo a punto de fastidiarnos la velada. El hombre se empecinó en que tomásemos el vino a la temperatura que el creía que era la correcta. Finalmente, conseguimos que lo dejase en la cubitera, a varios metros de nosotros (sigh!), hasta que consideramos que tenía la temperatura adecuada... a nuestro gusto. Se mostró, al igual que la otra vez, altivo y distante... como si le estuviésemos pidiendo un favor.

En fin, a lo que vamos:

Pan con aceite para empezar. Muy buen pan y excelente aceite con la marca de la casa (muy parecido al de casa, D.O. Siurana). El surtido de aceitunas, bueno.

Para compartir, croquetas de "rostit" (im-presionantes), buñuelos de bacalao (im-presionantes), canelones de tres carnes gratinados (im-presionantes) y coca de pan con tomate (muy bien). Acompañado de agua fría, ya que el vino estaba tibio.

Continuamos con unos calamares de anzuelo a la plancha y unos rossinyols (Cantharellus cibarius) con butifarra esparracada (no sé traducirlo. Significa que la butifarra estaba "desmontada", con la piel quitada y como si fuese carne picada), ambos platos fuera de carta. Delicioso el pescado y algo seca la butifarra. Tal vez me la esperaba revuelta con huevo, y lo eché en falta. Aún así, muy bien de sabor. Todo regado con un Malpaso 2006 (29,96€)que, una vez a temperatura, hizo buenas migas, al menos, con mi plato (yo me bebí 3/4 de la botella... o más).

No pudimos resistirnos a los postres caseros: mil hojas con crema de vainilla (¡MMMMM!) y mantecado (helado) de vainilla natural (da gusto ver los puntitos de la vainilla) acompañado de una copa de moscatel Ochoa (6,42€/copa).

Ya que nos sirvieron los petit fours sin pedir café, me pedí una copa de Don Px (6,42€/copa)... por acompañar a las pastitas. Tuve que sacarme de la boca unos conguitos que llevaban café (soy alérgico), pero no hubo más incidentes. Muy ricos y muy bien acompañados.

Un purito, traído de casa, junto con lo que quedó del PX acabaron de redondear la faena.

Taxi, y para casa... pensando ya en volver otra vez... pero a mediodía, que cunde más :-)

Me gustó la distribución de la carta de vinos: para cada día, mis preferidos y para ocasiones especiales, o algo así. Precios algo caros.

Un lujo poder disfrutar de comida casera en un lugar con clase. Como he leído hoy en el periódico en un comentario sobre un restaurante similar: "La cocina es casera. El local, no".

P.D. Creo que hemos ganado con el cambio... de orientación ;-P

Después de leer el primer comentario en verema, no decidimos con los ojos cerrados a ir a este renovado restaurante.
Ahora que su anfitrión (Ramón / Raco d'en Freixa) se ha ido a Madrid...su padre a cogido el mando del restaurante...habíamos estado cuando la cocina era dirigida por su hijo y la experiencia fue excepcional....
Así que aún sabiendo que ahora se trataba de una cocina mucho mas tradicional...decidimos volver y el resultado fue el esperado.
De primero probamos, canalones de tres carnes gratinados y Huevos fritos de calaf con patatas fritas y jamón
De segundo, pollo de corral a la cazuela y Pies de cerdo estofados con ciruelas y piñones
El servicio y el trato (perfecto) sigue siendo exactamente el mismo de antes....atentos y amables en todo momento,la diferencia una carta renovada y tradicional a precios muy ajustados.
Puedes cenar por unos 40 eur por persona, a nosotros se nos disparo un poco a los vinos....y gin tonic

Sin duda volveremos ...

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