Una y no más, Santo Tomás

Sudestada era una de las direcciones que teníamos pendientes de visitar en Madrid debido a las múltiples loas recibidas por su cocina, tanto de la crítica especializada como del boca a boca, sin embargo nuestra experiencia no pudo ser más decepcionante. En primer lugar, el nuevo local no responde a las expectativas, ya que si se cambia de local entendemos que debería ser a mejor. Cierto es que no sabemos como era el antiguo, pero este es un pequeño rectángulo angosto y ruidoso, con una decoración demodé (paredes revestidas de madera) y lo peor de todo es la separación de mesas, las de dos comensales son pequeñas y apenas separan 30 centímetros, con lo que el menú elegido dispone de un plato extra: la conversación de la mesa de al lado. Sobran por lo menos 3 mesas, pero parece ser que el bienestar del cliente está por debajo de la cuenta de resultados.

¿Y la cocina? Pues ni fu ni fa. Pedimos el menú degustación (38 euros) que consistió en un aperitivo de sopa fría de pepino (cobrado aparte y sin mayor interés), unos rollitos vietnamitas Nem Cua, de carne de pato, que fueron lo mejor del menú (aunque me estuvieron repitiendo toda la noche), unos correctos dumpligs de cerdo y verduras con salsa de soja, empanadillas al vapor sabrosas pero que no nos transmitían mucho más, unas samosas rellenas de puré de garbanzo con curry rojo (empanadillas indias de las que solamente pudimos comer el primer bocado, rellenas de una pasta densa e imposible de digerir), un arroz de verduras y cerdo apelmazado y compacto, sin ninguna armonía ni finura, un Sate Kambing o brocheta indonesia de cordero cuyo olor y sabor nos recordó al del "kebap" de la esquina y finalizando con unos insulsos fideos chinos (Mien Xao Hai San) con pulpo, gambas y carne de cerdo sin la más mínima trascendencia y una materia prima de dudosa calidad o quizá excesivo cocinado que termina por cargársela. Para este último plato la otra opción era el curry, pero nos advirtieron que era muy picante y nuestro pobre estómago no está para dichos trotes. Los postres igualmente flojos, una tarta de chocolate seca y sin delicadeza y una crema de coco con helado de maracuyá rica de sabor, pero carente de alma.

Estamos totalmente seguros de que todo es debido a nuestra paupérrima cultura gastronómica, pero lo que nos ofrecieron no nos pareció de superior calidad a lo que nos dan en el chino de al lado de nuestro trabajo, eso sí, allí el menú especial del día es a 9,95 euros. No vamos a decir que no sea un fiel reflejo de la cocina asiática, pero esperamos que nunca nos manden a trabajar por allí pues pasaremos más hambre que Carpanta.

La carta de vinos es escueta y de presentación espartana, son cuatro hojas grapadas y sin encuadernar, pero por lo menos tiene cosas interesantes. Hay oferta de espumosos y blancos, tanto nacionales como extranjeros y una buena presencia de tintos, aunque en estos últimos no profundizamos mucho pues no terminamos de verlos con estas cocinas. La carta se completa con cervezas y cócteles, siendo estos últimos las auténticas estrellas, de hecho en la mayoría de las mesas se veían botellas de vinos tintos y cócteles. Nosotros para variar pedimos champagne, un siempre interesante André Clouet Grande Reserve a 39 euros, doble que en distribución lo cual no nos pareció caro, en general los precios de los vinos no estaban ni mucho menos inflados. Ni que decir tiene que el vino fue lo mejor de la cena, claro. Vajilla y cristalería correctas y servicio destacable, amable, con ganas de agradar y servicial, con buenos detalles que siempre hay que destacar, como preguntarnos qué tipo de copas queríamos para el champagne (siempre lo tomamos en copas anchas, nunca de flauta).

En fin, que dos menús más el champagne y los impuestos, 123 euros de vellón, un precio de estrella Michelín para una cocina de Chino de barrio. Respetamos las opiniones de todo el mundo, pero eso de que estamos ante el mejor restaurante asiático de Madrid…nada de nada, y si es verdad, entonces la cocina asiática y nosotros somos absolutamente incompatibles. Aún así, hay que reservar con muchos días de antelación, pero con nosotros ya no van a tener más problemas. Una y no más, Santo Tomás.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    jose

    Sigh... doble que en distribución pero los precios no están hinchados... :-( Sigh...

    Saludos,

    Jose

  2. #2

    EuSaenz

    en respuesta a jose
    Ver mensaje de jose

    Es lo que hay Jose, y más en el champagne, donde por desgracia se suelen inflar más los precios. Me estaba pensando en tomar un Mineral 08 de Schonleber que tenían a 28 euros (en distribución a unos 15). Teniendo en cuenta que son precios sin iva no me parecen excesivamente inflados y así lo reflejo. De todas formas tampoco son baratos, eso está claro. Quizá el vino que tenían a mejor precio con respecto al origen era un Gaisbohl 1998 de Bürklin a 41 euros, ese no me pareció nada caro.

    Para tomar champagne en restaurante, Laredo y Entrevinos tienen buenos precios, dentro de lo que cabe.

    Saludos,
    Eugenio.

  3. #3

    jose

    en respuesta a EuSaenz
    Ver mensaje de EuSaenz

    Buff... el Mineral está muy bueno... pero a ese precio deja de estarlo. No sé, será lo que hay, pero me resulta profundamente triste y desmotivante :-(((((

    Saludos,

    Jose

  4. #4

    EuSaenz

    en respuesta a jose
    Ver mensaje de jose

    Casi todo el vino que consumo lo hago en casa y si un restaurante me permite llevar el vino lo hago siempre o casi siempre. Son pocos los locales que cargan el vino de forma justa y con el Champagne y el Jerez suelen ser especialmente implacables. Espero que esta crisis ponga a cada uno en su lugar, pero Sudestada en concreto estaba el sábado hasta los topes, mucha gente entró a preguntar y no pudieron cenar. No lo entiendo, pero así funcionan las cosas.

    Saludos,
    Eugenio.

  5. #5

    jose

    en respuesta a EuSaenz
    Ver mensaje de EuSaenz

    (Más) Sigh... siempre quedarán los estudios de mercado posteriores, el marketing y el mercadeo para explicar por n-ésima vez el cómo acercar el vino a las mesas, a la gente, a las personas... Se seguirán creando mesas redondas, cuadradas y rombododecaedricas, para discutir acerca de cómo vender vino y se seguirán preguntando, mirandose el siempre redondo ombligo, el porqué se venden cerveza y destilados a piscinas completas, mientras que el vino... va como va.
    Triste.

    Saludos,

    Jose

    P.S. Me quedaba un "sigh" dentro por echar...

  6. #6

    Francescf

    Pues no sé si ir después de leer tu comentario. Me lo había guardado para la próxima visita, pero me parece que voy a elegir otro.

    Por los últimos comentarios, parece que va bajando suave pero inexorablemente.

  7. #7

    EuSaenz

    en respuesta a Francescf
    Ver mensaje de Francescf

    Hombre, si te apetece ve, tampoco quiero que mi comentario te haga dudar, yo simplemente digo que mi experiencia ha sido negativa y que no volveré. Por esos 60 euros por persona hay 200 restaurantes en Madrid en donde hubiera disfrutado más, pero bueno, para opinar sobre algo hay que probarlo primero, eso está claro.

    Yo no iría pero … up to you.

    Saludos,
    Eugenio.

  8. #8

    EuSaenz

    en respuesta a jose
    Ver mensaje de jose

    Venga pues a dúo…. ¡SIGH!

    8-D

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