Abac, una de las grandes mesas de España.

Al entrar en el hotel, por el cuidado exterior y diseño, ya se puede intuir que el restaurante es un lugar apacible, sereno y elegante, donde aun estando dentro, las enormes cristaleras hacen posible disfrutar del magnífico jardín.
En el interior predominan los blancos y neutros, con amplias mesas elegantemente vestidas y bien iluminadas con magníficas lámparas de diseño.
Tras una correcta recepción fuimos hasta la mesa donde nos ofrecieron un aperitivo que disfrutamos deleitándonos repasando la carta y en especial "El Gran Abac Menú", en el que Jordi Cruz mezcla los ingredientes de los que mejor dispone como son talento, técnica, creatividad y esa chispa que sólo unos pocos poseen para dar con productos dispares que maridan perfectamente en sus creaciones. Estamos seguros de que este joven Chef es una gran promesa, el cual ya cuenta con un vertiginoso curriculum e importantes premios.

Comenzamos con "Melón Mojito": Buen inicio con un aperitivo de mojito con un helado cremoso de hierbabuena, dados de melón, caña de azúcar en lo alto para degustar con azúcar totasda y lima.
Piruleta nitro de yogur salado y caviar de Irán, como casi todos los nitros que hemos tomado esta piruleta se prepara en sala desplegando para ello el espectáculo que la propia elaboración conlleva; para repetir una y otra vez este contraste de texturas y sabores.
Fina focaccia de foie-gras, piñones tostados, consomé de cebollas con trufa lio y raspadura de pieles de naranja. Destaca un predominante sabor a naranja en excelente combinación con el foie y agradables tropezones de piñones.
Ceviche Hamachi con cerezas y nieve de pepino. Más que sobresaliente para este entrante donde el pepino granizado deja un sabor fresco y picante al final.
Los tomates rama desecados con agua de pimientos al aceite de oliva, sardina ahumada, “coladura” de anchoas, piel de pan y albahaca. Gran caldo de pimiento que potencia el sabor de los tomates, con deliciosos tropezones de sardina ahumada. La piel de pan no nos pareció tan acertada en cuanto a textura.
Ostra de Marennes-Oléron tibia con pichón, agua concentrada de hongos, panceta, trompetas de la muerta y salsifíes. Potente y sabrosa salsa de hongos, panceta y salsifíes en contraposición con una delicida ostra.
Bistec tártaro ahumado, nieve de ternera aliñada, yema cocinada, velo de mostazas y crujiente de pan a la pimienta. Audaz interpretación del tradicional steal tartar que va de menos a más, según se van interpretando en boca sabores y texturas.
La yema de huevo cocinada con ibéricos, parmentier de patata, aceite de trufa y rúcula. Este plato siempre es un valor seguro, aunque hay que decir que es una interpretación personal y atrevida para dar lugar a un sabor muy tradicional.
Cigalas, avellanas como garbanzos, jugo de fideuà, pollo a la brasa, allioli de citronella y corales al aceite de oliva.
Por un lado llegan las cigalas sobre una placa de sal del Himalaya con un pequeño hornillo que la calienta, se terminan de hacer en la mesa tomando el sabor de la sal. En otro plato se nos presentan unos falsos garbanzos de avellana sobre un consomé concentrado de fideua con tropezones de pollo a la brasa crujientes y alioli de citronella algo fuerte. Cuando están las cigalas se toman con los falsos garbanzos y se disfruta de un soberbio juego de texturas y potentes sabores.
Ventresca de atún mediterráneo con macarrones de ponzu, piel de kumquat, mizuna, calabacines al aceite de oliva y puré de raíces picantes. Este es uno de los mejores paltos de la velada. Simplemente perfecto.
Pasta Caserecce cocinada en agua de cebollas con lágrima ibérica y foie gras a la brasa. Buen fin de fiesta salado, donde la pasta llegó en su punto y el acompañamiento no pudo ser más acertado.
Uvas fragantes con lichis. Un postre refrescante y nada empalagoso.
Tierras ahumadas, plátano, café, cacao, vainilla y bourbon. Continuamos con un postre más intenso, por un lado llegan unos daditos de bizcocho al bourbon caramelizados y por otro el resto del postre. Sabores intensos que luchan por destacar en el conjunto y todos armonizan en su perfecta medida.
Sobre crujientes galletas, nieve de yogur, néctar de flores y violetas. Como si de una montaña rusa de sabores potentes y delicados se tratara, ahora descendemos a un postre más delicado pero no menos bueno que evoca sabores de la niñez.
Continuamos con una cuajada de leche de cabra y para terminar llegaron unos petit fours donde destacó un divertido pintalabios de helado de rosas y frambuesas.
Acompañamos el menú con un Delamotte Brut, perfecto para un almuerzo de sábado.
Al final salió Jordi Cruz a saludar a las mesas, un detalle que nosotros valoramos muy positivamente.
Todo esto acompañado de un impecable servicio de sala hicieron que salieramos plenamente satisfechos de la experiencia y con la sensación de haber disfrutado de una de las mejores mesas de España.
http://www.lossitiosdesambuquita.com/2012/11/abac-una-de-las-grandes-mesas-de-espana.html

  • Restaurante Abac Barcelona, de Jordi Cruz

    Restaurante Abac Barcelona, de Jordi Cruz

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  • Restaurante Abac Barcelona, de Jordi Cruz

    Restaurante Abac Barcelona, de Jordi Cruz

Recomendado por 3 usuarios
  1. #1

    Francescf

    ¿Macarrones de ponzu? El ponzu, por lo que sé, es una salsa...

    • Sólo se me ocurre que haya añadido gelatina a la salsa...

      Sólo se me ocurre que haya añadido gelatina a la salsa...

  2. #2

    Craticuli

    Una cocina complejisima, arriesgada y muy historiada. Buen comentario.
    Saludos.

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