Exquisito y económico

Nueva valoración de uno de los locales más interesantes del centro de Valencia, del que me confieso asiduo.
Menú de mediodía (12€), de cocina fundamentalmente asiática en donde se evidencia la formación gastronómica de Paco, compuesto por cuatro platos y postre:
-Sopa de remolacha con avellanas: original propuesta, fina, suave y adornada con cebollinos.
-Tataki de salmón con guacamole y huevas de bacalao: en su punto, suave también, sabroso y en perfecta armonía con el guacamole. Las huevas apenas sugerían unos tonos picantes.
-Alitas de pollo al estilo oriental: deshuesadas, con una salsita de tomate, curry y especias y coronadas por otra salsa de yogur. Con un toque picante y muy sabrosas.
-Arroz basmati con algas, apio y berberechos: bien ejecutado y buen sabor de unos ingredientes en conjunción.
-Fresas con chocolate y helado de plátano: crema de chocolate con fresas naturales y menta junto con un curioso helado que no desentonaba.
Excelente café (cosa rara en Valencia) y vino tinto fuera de carta, a buena temperatura y en copas correctas. Descorche y dan a probar.
Como de costumbre, mantelería de tela, mesas cómodas y espaciadas, cambio de cubertería en cada plato y grandes dosis de amabilidad por parte de Katina.
La política de no doblar mesas y trabajar solo dos mantiene unos precios imbatibles, aunque, por contra, en ocasiones resulta difícil encontrar sitio tanto a mediodía como por la noche, incluso haciendo la reserva con bastante antelación.
Dadas las condiciones del comedor, ha ganado muchos enteros con la acertada prohibición de fumar. Así da gusto.