Merece la pena el desvío

Pequeño desvio de la carretera de Alicante hacia Almansa que permite ir a un local de cocina casera más interesante que lo habitual de la orilla de cualquier autovía.
Al entrar al pueblo y con un patio en la entrada, llegas a un comedor amplio algo sobrelevado respecto a la barra, con un servicio más eficiente ahora que hace unos años, sin mucha gente (la anterior fue año nuevo y estuvo más caótico).
Amplia mesa redonda para 8, bien vestida, copas correctas, buen cambio de copas y de cubiertos.
Hay tres menús de diferentes precios y con mismo planteamiento: entrantes comunes y principal a elegir. En nuestro caso elegimos dos menus de 24€ y seis de 15€, en todos los casos por elegir el principal: arroz y gazpacho respectivamente. Postre o café. Pan incluido, correcto. Aceite Carbonell Gran Selección.
Para beber algunas cervezas de barril de entrada, 3 de agua Mondariz. Vino un par de botellas de Prado Rey Cuvée Primium 2009.

Al centro compartimos los primeros del menú de 24€:
. embutido de Biar: buen salchichon, buen embochado y más normales jamón y chorizo.
. pericana de Biar: algo similar al pipirana conocido. Notable.
. revuelto de calabacín: correcto con huevo bien de punto.
De principales, ambos optaron por arroz de conejo y caracoles (¡y pimiento, que para eso estamos en la influencia murciana!), algo duro (incluso para los que nos gusta duro), bien de tropezones, fondo mejorable, verdura escasa; ración amplia. Dejamos de lado la olleta de Biar, chuletas de cordero y el ya gazpacho que elegimos los del otro menú.

Del menú de 15€, compartimos los entrantes:
. croquetas: de jamon y e pollo, 9 de cada para seis comensales- Correctas.
. calamar El Solet: calamares rebozados, bien hechos, nada aceitosos
. ensalada: variada y completa.
De principal, unanimidad para los seis: todos optamos por gazpacho de Biar servido en dos cazuelas para cada tres. La carne no estaba desmigada pero muy bien de sabor, buena pasta, más que suficientemente especiado.

Las raciones de los principales más que cumplidas y aún más las de los entrantes que permitió que las compartiéramos entre todos.

De postres: dos de naranja preparada, tarta de chocolate, 2 natillas, 2 cafés y otro con hielo.

Nada extra pero se incluyó el agua en las bebidas del menú, quedando fuera los dos vinos.

Merece la pena el desvío, aunque eso es lo que dice la estrella Michelín, pero es que las autovías tienen mucho de castigo de la gastronomía.

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