Ayer fui a este restaurante con dos amigos de toda la vida.
Me fui con la impresión que nos hacían un favor al darnos de cenar.
Muy pocos camareros y malas caras. Nada de simpatía ni de los camareros ni de la persona que nos pidió la cena. Un robot hubiera hecho la misma función. Todo muy impersonal.
Espera de mas de 25 minutos en servir los platos y entre entrante y segundo 10 minutos.
De entrante comimos: morcilla --> normal
croquetas --> las que te tocaban al azar, sin ningún orden y sin saber de que eran
huevo,foie y anguila --> correcto
De segundo un chuletón de 1,1 kg para tres --> en mi opinión escaso para tres y la maitre no nos pregunto en ningún momento si queríamos más o no ni al momento de pedir ni cuando lo comimos.
De postre dos tartas de manzana y un soufle de queso -->normal
Bebimos un Rioja crianza Altun servido en buenas copas (Riedel),el vino fue una segunda opción pues habíamos pedido un Locomotora crianza de la Rioja Alavesa pero nos dijeron que se había terminado.
Total de la cuenta 156,35 euros
Conclusión: lo mejor la compañía de mis amigos.
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