Exasperantemente lentos

He visitado el local en dos ocasiones. Hace un año fuimos y estaba el local a rebosar. El servicio nos pareció lentísimo, pero pensamos que se debía a que tuvieron un mal día. Como la comida no nos desagradó, decidimos darle ayer una segunda oportunidad ayer. El resultado fue el mismo: exasperantemente lentos. El ritmo de servicio de los platos se eterniza y hace que no puedas disfrutar de la comida(y eso que ayer estaban a menos de la mitad de la sala ocupada). Fuimos los primeros comensales en llegar y, desde que nos sentamos, hasta que llegó el primer plato, pasó casi una hora. Es una auténtica lástima porque la comida es buena. De primero garbanzos con langosta (lo mejor), segundos: pollo del Prat con salsa y muslos de pato en confit con cerezas, muy correctos los dos. los postres también muy correctos. La carta de vinos extensa y variada. El servicio familiar y atento, pero... exasperantemente lento...