Restaurante ubicado frente al Kursal,con aire moderno, servicio atento y profesional.Con 7 mesas de 4 personas y 8 para dos, tiene una barra que en caso de apuro sirve para tomar unas raciones, para las que hay una carta específica. Elaboran cocina andaluza, trayendo los pescados de Cadiz, nos dijeron.. Eramos dos personas y comimos: Para compartir Salteados de verduras con salsa de queso(12,20+Iva)buén punto de cocción y me sorprendió la salsa de queso, me encantan los quesos, pero aquí mataba el sabor de las verduras. De segundos: Pescado del día, era urta con tagliateles(18,50+Iva) buena ración y el pescado en su punto, estaba sabroso y Solomillo de ternera con tirabeques (22,30+Iva),buen trozo de carne en su punto, sangrante según lo indicado, estaba sabrosa.De postre un café(1,40+Iva) y para beber Regajal-07(22,oo+Iva)nos encantó, potente, de cuerpo y muy amable en boca. y agua Solan de Cabras(2,06+Iva). Buenas copas para el vino Schot. La carta es amplia con muchas referencias de distintas D.O. y vinos originales que son difíciles de ver por el norte y de encontrar en muchas cartas, tiene siete champagnes, de ellos 3 Billecard Salmon. Sin duda una buena opción si se va a la feria del Kursal.

Otro sitio de moda en Gros, con excelente barra y mesas a la carta con precios bastante ajustados, especialmente por la posibilidad de pedirlo todo en medias raciones de tamaño generoso. Decoración moderna y agradable, servicio profesional y una carta de vinos con una buena selección para este reducto de la riojitis que es Euskadi, con algunos precios de saldo (el Valtosca 2006 a 18 euros, cuando en tienda no baja de 15). La comida, con aires andaluces, a muy buen nivel: buen producto, cocciones justas, guarniciones acertadas (al gusto del cliente), aliños certeros y precios sin pasarse.De lo que probamos me quedo con la corvina y sobre todo con un cohinillo excelso que había oído mencionar a una amiga y que no dudé en pedir para asombro y regocijo propio y de mis acompañantes: tierno y jugoso, cubierto por una lámina de costra turrada y acompañado por un puré ligero. Aunque fue el único plato de carne, por experiencias previas en la barra intuyo que es uno de los mejores sitios en la ciudad cocinando carnes, más allá de solomillos y chuletas.

Local amplio, en buena situación frente al Kursaal. Servicio atento y amable, con ganas de agradar. Compartimos un delicioso tartar de atún y unos calamares que tenían un rebozado delicioso. Después mero y pargo a la plancha, bien en el punto y raciones generosas. De postre, torrijas. Buena carta de vinos con referencias de muchas Denominaciones, servidos en copas más que decentes. Francamente recomendable si se va por la zona de Gros.

Frente al Kusaal un modeno local, no muy grande, donde puedes tomar unos pintxos o quedarte a comer/cenar. Local muy cuidado aunque al que le falta algo de intimidad. Servicio muy atento y agradable, joven y dinámico. El servicio del vino correcto, en coperío Schott y Spigelau, con copas de dulces también. Los platos muy bien elaborados. Tomamos para empezar un entrante de ajoarriero con bogavante y helado de lima y piña, y después yo me decidí por un atún con tagliatele y de sepia y mahonesa. Muy bien acabado. El postre espectacular, un cremoso de chocolate con sal y vinagre de módena. Finalmente dos personas, con un entrante y un principal, postre, copa de vino dulce (yo un Don PX) y un Contino 2004, por 104€ en total.
Buen local, con buen servicio y cocina (por cierto, esta última visible desde la sala) aunque algo elevado de precio.