Acudimos a cenar al Pan de Lujo, teníamos muy buen recuerdo de la experiencia anterior y lo cierto es que no nos defraudó.
Nos ofrecieron un platito de aceite de oliva arbequina con albahaca natural que cortan en el momento, acompañado de una amplia variedad de panes. Así fuimos mojeteando contemplando los patos gigantes desnudos que hay en la piscina, mientras preparaban la comida.
Pudimos probar bastantes cositas, a cual mejor: tortillitas de camarones, como en Almería, los tomates confitados, deliciosos, la pizza penélope, orignal, alcachofas con salsa Romescu, sutiles y delicadas, el foie con sobado, maravilloso, almejas con boletus, muy buenas, verdinas con níscalos, estupendo guiso, el sabrosísimo filete ruso, arroz con pulpo a la brasa y alcachofas, el ganador esta vez, impresionante sabor del pulpo a la brasa en aquel arroz.
De postre tomamos 'Paulova', original a más no poder, y un estupendo membrillo con helado de coco.
La atención fue muy buena toda la noche, nos sirvieron muy bien, hecho de agradecer. Me sorprendió que todo el servicio llevaba el pelo rapado, nos hizo gracia la cosa.
Bebimos unas cervecitas, y varias botellas de un verdejo que, sinceramente no recuerdo su nombre, pero que me sorprendió y me gustó bastante. Rematamos con Brugal, JB y Hendrikks una extraordinaria velada.
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