Local cuasicentenario, que no antiguo, en el que se practica una cocina de muchos quilates en el centro de Bilbao. Se trata de un negocio de mucho éxito y muy frecuentado tanto por los Bilbaínos como por los turistas ávidos del buen comer.En él se combina tanto la barra de bar en la que se pueden degustar tapas y raciones, como la restauración propiamente dicha que se puede disfrutar tanto en mesas interiores como exteriores (terraza). El local cuenta con el hándicap del espacio, encontrándose las mesas muy próximas a las de otros comensales y constando el comedor interior de taburetes bajos en vez de sillas. La propiedad es consciente de esta limitación y lo compensa inteligente y sobradamente ofertando una Alta cocina de extraordinaria relación calidad precio que nada tiene que envidiar a las mesas más punteras de la ciudad.
La oferta gastronómica no es muy extensa pero si muy cuidada y cuenta con una amplia presencia del Jamón Joselito. Nosotros con motivo de nuestra visita, optamos por los siguientes platos para compartir:
Hongos salteados con lonchas de jamón Joselito: Sólo cabe calificar este plato como excelso y magnifico. Los Hongos plenos de aroma y sabor, acompañados en parte de su base de una magnifica salsa, de tal manera que se podía optar por degustarlos solos o acompañados de la salsa. Plato presentado al centro.
Atún rojo marinado con arroz sushi: Influencia oriental. Muy gustoso. El Atún presentado en tajadas al modo de una chuleta y acompañado con un arroz frio, pero plenamente conseguido de textura y sabor. Lo trajeron ya emplatado para cada uno de nosotros.
Josellini; Consistente en cuatro unidades de pan de cristal con manzana, foie y encima el Jamón Joselito. Estando bueno, fue el plato que conceptualmente menos me convenció, al anular la manzana y el foie el sabor del Joselito.
Carrillera Ibérica: Nada que objetar, gustosa, suave y fundente. Muy bien. También nos la sirvieron ya dividida y emplatada para cada uno.
Gratinado de frutos rojos con helado de queso: Magnifico postre para rematar la cuchipanda, consistente en una crema avainillada sobre la que descansan unas moras y grosellas que palidecen ante la crema gratinada y la calidad del helado de queso.
Para beber, 1/2 botella de Viña Ardanza al magnifico precio de 8,50€. Eso sí, se echa en falta unas copas más vestidas y que el caldo no lo traigan ya abierto a la mesa.
La sensación con la que uno sale es que estos mismos platos servidos en otro marco, cotizarían mucho más.Por tanto, si uno está dispuesto a admitir las peculiaridades y características del local, se trata posiblemente de la mejor oferta de Bilbao por calidad y precio.
Y tanto que merece la pena... uno de los sitios que más me gustó de Bilbao en su estilo. Como fue por Junio, disfruté de mesa en la terraza para cenar y la verdad es que se estaba de cine!
Lo de los vinos es tremendo, los precios son de tienda, así da gusto
Saludos
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