Nos decepcionó bastante

Local muy céntrico, entre el Paseo de Almería y la Avda de Federico garcía Lorca. En los bajos de un Centro Comercial se sitúa este histórico restaurante, con fachada de taberna andaluza. Puedes tomar tapas y raciones tanto en las mesas de fuera como junto a la barra. Nosotros decidimos pasar al restaurante propiamente dicho, con salón con unas 8 mesas bien separadas y bien vestidas. Ambiente cálido cpn paredes de color teja entre taberna andaluza y mesón castellano. También disponen de algún salón privado bajando unas escaleras, desde donde se puede ver una preciosa bodega tras unas rejas.

Servicio por parte de una única camarera-maitre, atenta y eficiente.

Carta muy extensa basada en productos de mercado de la región. En general buena materia prima. Muchas opciones entre los entrantes, pescaditos, jamón de jabugo, berenjenas fritas con miel, etc. Además había un apartado para mini-degustaciones de algunos platos a precios muy razonables.

Servicio de pan con un magnífico aceite de picual del Desierto de Tabernas.

Comida para tres:

- 1/2 de esturión de Río Frío templado: Láminas de esturión regado con un pelín de aceite y unas huevas de trucha. No lo habíamos probado anteriormente y nos gustó.

- 1 de canelones de boletus y gambas: Aceptable, aunque recurrieron a verduritas en sustitución de los boletus.

- 2 de huevos pochados con patatas panadera y foie: Sencillo pero gustoso plato que no falló.

- 3 de rissotto con gamba de Garrucha: Flojo. Un arroz en su punto y con hebras de azafrán visibles pero que no sabía a nada, pese a los trocitos de bacalao que llevaba. Afortunadamente, la gamba, de buen tamaño, si estaba buena.

Segundos:

- 1 entrecot de buey: Bien pero no para echar cohetes, presentado con fritada de verduritas.

- 1 de chuletitas de cabrito: Ración bastante justa pero buenas, presentados con la misma guarnición.

- 1 rape con salsa de erizos: Aquí debí preguntar primero, dado que los pescados solo me gustan con preparaciones muy sencillas (plancha o la horno pero siempre sin camuflajes). Se presentó un medallón no muy alto de rape literalmente oculto por una salsa muy cremosa y pesada con fuerte sabor a nata o mantequilla. Tampoco entendí muy bien que entre la salsa hubiera habitas baby y trigueros. ¿Dónde se queda lo de los erizos?. Ciertamente no me gustó nada.

Postres:

- 2 de tocino de cielo con crema de queso: Tres trozos ridículos de tocinillo, sin la textura adecuada y sin sabor. Mejor la crema.

La carta de vinos es muy generosa en tintos, no tanto en blancos. Se nota que hay alguien con ganas reuniendo vinos muy actuales para todos los gustos y bolsillos (creo que estaban prácticamente todos los top españoles), incluyendo algunos vinos internacionales de prestigio. Precios x 1.5. Pedimos Náiades 2006 (26€ inc. IVA) servido bien de temperatura en copas anónimas solo aceptables(desgraciadamente el vino llegó muy evolucionado aunque sin llegar a estar en mal estado; no me gustó pues no quedaba ni rastro de fruta). Esa tarde no había sumiller.

Nos invitaron a chupito a la sobremesa.

Precio total: 156.40€ (inc. vino, pan y servicio a 1.80€, una cerveza, un refresco y una botella de agua de 1l a 3.00e).

Nota: Salimos de este restaurante un tanto decepcionados, como si estuviera todavía a medio gas tras sus vacaciones de agosto.

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