En este día lluvioso en Madrid sube bastante el ánimo dar un paseito por los alrededores del Palacio Real, tomar un aperitivo, por ejemplo en La Botillería, para luego quedarse a comer por la zona. Esta vez elegimos La Taberna del Alabardero, local clásico donde los haya, que ofrecía un menú a precio ajustado con motivo de la Restaurant Week madrileña.
El local ya ha sido descrito, pero he de indicar que a mí sí que me resulta coqueto, bonita barra a la entrada y sucesivos saloncitos decorados de forma muy clásica, techos altos que caracterizan a las fincas más antiguas de Madrid... quizá me gusta por recordarme a la casa donde nací.
La recepción fue muy amable y nos acomodaron en un rinconcito del salón del fondo, ofreciéndonos bebidas para empezar e ir viendo el menú promocional. Agua mineral y una copa de verdejo para abrir boca. Nos ofrecen como aperitivo previsto en el menú, Mini Vieira gratinada al champagne, grato bocado para comenzar.
Como entrantes elegimos:
- Queso de cabra gratinado con verduritas y vinagreta de miel. El queso, casi sin gratinar, presentaba una textura migosa, pero el conjunto resultaba muy agradable.
- Huevos rotos con ragut de hongos y patatas paja, de nuevo sabores conjuntados, contraste de texturas con unas patatas finísimas y crujientes contra la melosidad del hongo y la suavidad del huevo. Notable.
Pasando a los principales:
- Rodaballo en piel crujiente con chop-suei de verduras y setas al chacolí. Calidad y gran punto en el pescado, con buen acompañamiento.
- Chipirones de guadañeta encebollados con arroz negro y alioli. Buen chipirón, el arroz para mi gusto un pelín entero. Bien.
Degustación de postres de su obrador, incluyendo un pastel de yema y mazapán, correcto, sorbete de mandarina, de buen y marcado sabor, destacando la torrija caramelizada que, crujiendo por fuera, escondía una miga empapada y dulcecita, muy rica.
Para acompañar el rodaballo pedí una copa de champagne o cava y eligieron un Anna de Codorniú, que por cierto sirvieron sin consultar. Copas y temperaturas correctas.
La carta de vinos es clásica pero en mi opinión suficiente, presencia testimonial de cavas y champagnes, algunos blancos españoles de calidad y más centrada en tintos nacionales, en general precios x2 y, como indico, apropiada para el nivel del local.
Dos cafelitos, servidos con teja y bombón, para cerrar el condumio. Buen pan, de un solo tipo.
El nivel tanto de local, como de cocina y de atención recibida rozó el notable.
Si tenemos en cuenta que la promoción incluía por unos comedidos 25 €/comensal, todo menos el Iva y la bebida, la rcp me parece casi sobresaliente.
Se distinguen fácilmente los locales que aprovechan estas semanas gastronómicas para hacer caja de los que lo hacen para agradar y captar clientes.
Sigo apoyando incondicionalmente estas iniciativas.
Efectivamente, estoy contigo en que es beneficioso para todas las partes, locales, clientes, organizadores, sin olvidar el euro por menú destinado a temas solidarios, punto que sin duda pone "la guinda" a esta iniciativa.
Saludos
Coincido contigo! Por las fotos que se ven, el local es clásico pero coqueto. Para mí estos sitios tienen su encanto...
Buen comentario, buena RCP y esos postres tienen una pintaaaaaaaa!
Un saludo!
Ada
Gracias, Ada, estamos de acuerdo. En cuanto a los postres, me gustó la torrija, era original. El que es goloso, ya se sabe, cae en la tentación, je je !!
Saludos
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