Restaurante y copas en un mismo establecimiento.

Sitio original en el centro de la ciudad de Barcelona.
Ambiente medio oriental-árabe-mediterraneo, decoración muy cargada, la misma para la zona de restaurante que para la zona de copas.
La zona de restaurante regular, un gran figura de un buda dorado presencia el comedor, hay la falta iluminación, las mesas amplias y separadas lo justo pero sin mantel, sillas cómodas, ambiente cargado por el ruido y el humo ya que se puede fumar, el espacio de restaurante no es demasiado amplio, el detalle del baile étnico no estubo mal.
El servicio correcto sin más, una persona para unas cinco mesas que te da la carta te toma nota y te sirve el vino y la comida.
La comida muy buena, entrantes originales y generosos, brochetas al curry y tostaditas con queso brie. Segundo plato magret de pato y lechal con sus respectivas salsas y guarniciones muy bien conseguidas, la carne muy jugosa, el tiramisú de postre exquisito.
La carta de vinos algo escasa, de tintos unos 15 Riojas, 10 Riberas y luego 1 o 2 marcas de otras D.O. como Toro, Priorat, Somontano, Navarra, etc. De blancos únicamente unas 20 marcas con los típicos Penedès, con algún Rioja y Rueda. De espumosos por el contrario unas 40 marcas entre cavas y champagnes. En un costado del comedor tiene el vino en bodegas climatizadas, copas redondas de cristal fino(no pude ver la marca).