Los restaurantes del litoral murciano tienen un gran problema, en general, sus servicoos de sla dejan muchoque desear.
Em Cabo de Palos la oferta gastronómica, pese a ser amplia, es siempre más de lo mismo.
Arroces o pescados, fritos y malsas ensaldas.
La experiencia de hoy es muy similar a la de hace unas semanas en un local contíguo.
Carta de vinos vieja, y con ausencias, pese a su brevedad.
Intentan sacar toda la comida a la vez, y cuando pedimos que saquen plato a plato, malos gestos del camarero color vino en la cara.
Nada de especial la ensalada de tomate y anchoas, nada de espcial los pescaditos fritos, nada de especial los calamares. El arroz "perlines", bastante flojo de sabor aunque se podía comer.
Hacen que uno piense si vale la pena pasar ese rato por poder tomar un poco de sol en el més de marzo.
Se nota que son negocios que viven de un turismo conformista. Merecerían, de alguna manera, que la clienela se les cayese durante algún tiempo. A vder si así se ponían las pilas.