Como dice Aurelio: "de toda la vida" en La Cañada. Situado en la carretera de entrada, con espacio para aparcar en la puerta, dispone de una terraza a ambos lados de la calle; el local interior tiene una barra de servicio y pago frontal y a la derecha un comedor; hay además un piso alto que en su momento se dedicó a celebraciones y ahora no se si está cerrado o rehabilitado.

En su momento se sumó al mundo del esmorzar y dispone de una carta plastificada en la que se lee que hay tamaño entero (media barra) y medio (un tercio de barra aprox.) pudiendo hacértelo a tu gusto incluyendo 3 ingredientes del listado de productos, incluso añadir otros más con sobrecoste (0.50€ c/u). También hay tostadas, las bebidas y los extras de licores.

Dos para almorzar con un pan que se mejoró al tostar, y que llevaban:

. tortilla de jamón con tomate rallado: referido como bien sin más dado la escasa presencia de jamón e incluso de tomate.

. panceta, morcilla y allioli: mejoró algo el pan con la salsa; los dos ingredientes restantes de calidad buena con un relleno adecuado del bocadillo.

El gasto fueron unos cacahuetes con corteza, tipo americanos, y un buen variado de encurtidos, piparra algo picante y aceitunas. Vino de granel con gaseosa y un agua grande sin gas empujaron el pan. Un cremaet de los peores que he probado; esta malo hasta para carajillo.

Agradable de estar en la terraza pero deseando que vuelvan a abrir el cercano Don Baco que parece que está en venta. Aún así había bastante gente porque es barato para la zona.

Restaurante "de toda la vida" de La Cañada.
Arroces, mariscos y pescados. También está presente en su carta el cochinillo o el lechazo.
Discreta cocina para un local con marcado tipicismo de taberna valenciana con guiños taurinos.
Servicio regular, RCP normal.