Agradable sorpresa

Situado en pleno centro de Madrid,frente al Palacio Real y la Catedral de La Almudena.En el café y la terraza se mezclan tradición e historia con un ambiente cosmopolita y animado.
El restaurante se ubica en los sótanos abovedados del antiguo Convento de San Gil, un edificio del siglo XVII cuyas dependencias sirven hoy de salones a este elegante restaurante.Por la noche hay unas bonitas vistas del Palacio Real.La decoración de las paredes la forman copias de cuadros famosos pintadas a mano por autores anónimos que se venden.La separación entre mesas es mas que correcta.
Existen diferentes opciones para comer(carta,almuerzo cerrado 29€+iva y 2 menús degustación)
Pedimos el menú largo compuesto por 5 platos+ 2 postres y salimos encantados por la calidad y cantidad de un equilibrado,bien concebido y notablemente resuelto menú,así como por un estupendo servicio,estética presentación de los platos;cubertería y vajilla impecables también.El menú fué de menos a más,destacando un sobresaliente,fresco y sabrosísimo mero emparrillado con erizos rellenos de boletus y un secreto ibérico fabuloso.
Los postres también estupendos,originales y bien presentados.
Carta de vinos con presencia mayoritariamente nacional,excepto Champagne a precios 2x1 aprox.algo elevado en mi opinión para vinos top.El precio es sin bebidas.
Agradable sorpresa en pleno centro de Madrid.

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