Esta vez estuve de tapas

Me reencuentro con El Faro después de muchos años. Me reencuentro con emociones y recuerdos. Aquí me trajo mi padre que, lamentablemente, ya no puede volver. Recuerdo que esperábamos las vacaciones, no para ir a la playa, sino para ir a El Faro. Recuerdo la vez que Gonzalo Córdoba se enteró de que estudiaba veterinaria y me escribió una recomendación para que me enseñaran los caballos blancos de Terry. Recuerdo, recuerdo, recuerdo...
Este año, por fin, he logrado volver. No tenía tiempo para cenar pero la visita era obligada. Aunque sea una tapa en la barra, venga, vamos, rapidito y volvemos al ferry que nos devuelva a El Puerto de Santa María.
Casi todo está como lo recordaba (han reformado la barra). Maderas, ambiente elegante, metales bruñidos. Tomamos una manzanilla solear y unas tapas de croquetas de marisco soberbias, ensalada de bacalao y naranja en su perfecto punto de sal el bacalao y de dulzor la naranja con un magnífico aceite y cebolla tierna dulce. Tomamos, cómo no, una ración de tortillitas de camarones. Eso no son tortillitas, es encaje de Malinas con camarones pequeñines en abundancia, perejil y chalota... crujientes, perfectamente fritas, sin grasa. No hubo tiempo para más, pero volveré. Miré la carta y vi que mantenían en carta una ensalada de langostinos, frutas y verduritas de la que aún recuerdo su sabor. Recordé la urta a la Roteña, el sabayón helado al PX y tantos otros platos. También me llamó la atención que los precios dela carta no eran desorbitados. El vino y el tapeo no fue tampoco barato pero, ¿tienen precio el recuerdo, la añoranza y los sentimientos?
Salimos con prisa por llegar al ferry y yo, lleno de emociones y recuerdos. Mi mujer me dijo: "No exagerabas, está muy bien el sitio. Pero para tí ha sido algo más... has encontrado un trocito de tus recuerdos y de los de tu padre". Cuando volví a casa y se lo conté a mi madre, ella me entendió perfectamente.
Tengo que volver, sentarme a comer o a cenar y, entonces sí, escribir una crítica más racional, con menos corazón.
Siento este arranque de sentimentalismo. De cualquier modo sigue siendo un referente este Faro.

  1. #1

    lsierrar

    Pues como suele pasar con este tipo de arranques irracionales, te ha quedado muy bien.

    Además comparto tu opinión. En los tres últimos años hemos cenado alli dos veces y se come muy buena comida, eso si, sin artificios.

    Enhorabuena!!!

  2. #2

    Benavente

    en respuesta a lsierrar
    Ver mensaje de lsierrar

    Efectivamente, la comida, muy buena y sin artificios. Me alegró ver que El Faro que yo recordaba sigue siendo, en esencia, El Faro actual. De cualquier modo, insisto, me tendré que sentar "a cuchillo y tenedor".

    Gracias por tu comentario.

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