Dos visitas durante nuestra corta estancia en Cantabria nos han confirmado que cada vez se cuida más y mejor la cocina en esta casa, porque en el vino desde luego que sigue siendo un “top 5” nacional, un auténtico imprescindible, en especial en vinos franceses de corte “bio” o “natural”, donde directamente es el número uno. En la primera visita, cata vertical de Gran Reserva 890 de La Rioja Alta organizada junto con Rodrigo (Vino Vintage Santander) con un menú concertado que consistió en:
Secallona y chorizo
Gran Reserva 890 1955
Comenzamos con embutido de calidad, magníficos tanto esa secallona catalana como el chorizo ligeramente picante. Con ellos acompañamos al “abuelo” de la cata, añada grande en Rioja y vino elegante y complejo, en forma, muy distinguido. [9,3/10]
Tartar de atún rojo
Gran Reserva 890 1962
El género de atún era mejor que el de bonito y nos prepararon primero este tartar académico y muy bien ejecutado, en punto ideal para nuestro gusto. El vino salió excepcional, para nosotros el mejor de la cata, redondo, largo, equilibrado y profundo, excelente añada. [9,5/10]
Ravioli de carrillera
Gran Reserva 890 1970
Una muestra de lo que ha mejorado la cocina en Cigaleña fue este plato, realmente fantástico, meloso y pleno de sabor. Y otra excelente botella la del 70, sin llegar a la expresividad del 62 pero con mucho que decir, un excelente vino. [9,4/10]
Tataki de atún
Gran Reserva 890 1982
Segunda preparación de atún sin complicarse mucho (tartar, tataki) pero desde luego que el producto era impecable y estaba bien hecho, muy rico. El 82 es un GR 890 elegante y maduro, quizá el que menos nos gustó de la cata, incluso diría que inferior al 904 del mismo año, aun así hablamos siempre de un buen vino. [8,3/10]
Paletilla de Cordero
Gran Reserva 890 1995
Domaine de Mont-Redon Chateaneuf-du-Pape 1978
Una paletilla de Cordero como tiene que ser para terminar la parte salada del menú y esta vez acompañamos con dos vinos, el potente y muy joven 95 de GR 890 que para nosotros es junto con Bosconia el mejor Rioja de ese año y un tremendo Chateauneuf de la mítica añada 78 a ciegas y en mágnum, que sorprendió por su madurez y su enorme nivel. [9,2/10] [9,5/10]
Esfera de coco y chocolate
Gran Reserva 890 2001 magnum
Mahats Berantiarra Kaldatz Fiñ 2011
Un postre de bonita presentación y bastante rico con una combinación de coco y chocolate que siempre funciona y terminamos con un 890 2001 en mágnum, la última añada del este soberbio vino y quizá el mejor Rioja de este año y un magnífico Txakolí dulce de Iñaki Otegui que sorprendió por su frescura. [9,3/10] [8,9/10]
Unos días después, segunda visita donde comimos lo siguiente:
Jamón y chorizo
Tartar de atún
Machote al horno
Arroz con pintada de bresse
Selección de quesos
Tarta “fea” de hojaldre
Comenzamos con una ración de jamón del nuevo productor extremeño con el que trabaja (muy bueno), el tartar de atún que ya tomamos la anterior vez, un lomo de machote al horno, un pescado que nos encanta por textura y sabor y un delicioso arroz, con muy buen punto y un marcado sabor del caldo del ave, acompañado con un cuarto trasero de la misma braseado. Los quesos todos bastante potentes para nuestro gusto, solo pudimos un poco con el de Mahón y finalizamos con la tarta “fea” de hojaldre y helado, siempre fantástica.
Para beber, fueron desfilando los siguientes vinos, algunos que nos servía Andrés y otros que cambiábamos con la mesa de al lado, estas cosas que solo pasan en Cigaleña…
Primitivo Collantes Socaire 2014: un blanco de palomino sin encabezar de la Viña Matalián, elaborado por Primitivo Collantes (Chiclana). Quizá el mejor de este tipo de vinos -cada vez más habituales- de la última hornada. [8,8/10]
Domaine Mâcle Côtes du Jura 2011: un embotellado reciente en medias botellas del que quizá es nuestro CdJ preferido y del sin duda mejor productor del Jura. Una joyita. [9,1/10]
Chateau Simone Palette Rosé 2011: el único vino del mítico Chateau provenzal que no habíamos probado y una auténtica maravilla, complejo y profundo, pero siempre fresco. Un rosado “top” mundial. [9,2/10]
Domaine Danjou-Banessy Coste 2014: blanco de uva macabeu de la zona del Roussillon, plenamente mediterráneo pero con clase, frescura y profundidad. Muy bueno. [9/10]
Milan Nestarec Antika Frankovka 2011: productor “natural” de culto en Moravia, República Checa. Un tinto de una finura excepcional, aromático, serio, con acidez, largo. De esas sorpresas tan de Andrés. [9,1/10]
Philippe Jambon Les Ganivets 2009: espectacular gamay “natural” del Beaujolais, limpia, expresiva, floral, se percibe la uva de principio a fin. Fresco, largo, una delicia de vino, de lo mejor de esa zona que hemos probado. [9,2/10]
Chateau Gomabude-Guillot 1996: un Pomerol de corte “bio” en año maduro y media botella, el vino que menos nos gustó de la sesión, quizá por ser el menos original. Aun así estaba rico. [8/10]
Domaine de Saint-Pierre Savagnin de voile 2009: un magnum de un excelente productor del Jura, mostrando un savagnin bajo velo lleno de frescura y encanto. Gran vino. [9/10]
Pierre Overnoy Vieux Savagnin Ouillé 2006: uno de los mejores blancos del Jura sin flor, como hemos confirmado con otros años probados como 00 o 03. Una maravilla llena de fuerza y complejidad, blanco de nivel mundial. [9,4/10]
Amontillado Salvaje Terán: una de esas joyas jerezanas que guarda Andrés y del que tampoco teníamos muchos más datos, sólo que fue el vino de la sesión y un amontillado impresionante, brutal su elegancia dentro de su vejez y fuerza vital. [9,6/10]
Terminamos con un malta que es una rareza, un Uberach Jaune Païen, finalizado en barricas de Vin Jaune, una maravilla de whisky alsaciano lleno de finura y complejidad. Bueno, lo de terminamos es relativo, después nos fuimos a casa de un amigo a abrir más botellas, pero eso ya no debe formar parte de este comentario….
Lo que sí debe formar es el hecho de que Bodega Cigaleña fue, es y seguirá siendo uno de nuestros restaurantes de cabecera y sin duda donde más disfrutamos del vino en toda su extensión y ahora además va cada vez cuidando más el tema de cocina, como constata ese Sol Repsol justamente recibido. Seguiremos acudiendo todas las veces que podamos. Dejo precio medio de las dos sesiones, RCP muy buena como siempre.
Esfera de coco y chocolate
Paletilla de Cordero
Ravioli de carrillera
Arroz con pintada de bresse
Machote al horno
Tartar de atún rojo
Pues sí, estas cosas que solo pasan en Cigaleña y que hacen que sea tan especial, que por cierto, tú ya lo conoces. La cuestión es que terminamos en casa de los de la mesa al lado bebiendo más vinos de merienda. El buen vino genera siempre mejor ambiente.
Un abrazo,
Eugenio.
Joer, con todo lo que viajas tú y no has ido a Cigaleña que está ahí al lado, jeje. Si te cuadra ir algún día me lo dices e intentamos montar una buena allí, que siendo 5-6 personas se disfruta mucho más.
Un abrazo,
Eugenio.
Desde luego que es un sitio para ir con unos cuantos enochalados para disfrutarlo a tope. Sería una pasada poder compartir mesa con vosotros en la Cigaleña, a ver si el día que vaya para allá podemos organizar algo chulo. Un abrazo,
Ferran
Mientras solo sea de vinos, jajaj :-D
Habría que decir que lo que pasa en Cigaleña se queda en Cigaleña…
Saludos,
Eugenio.
Que pasada !!! Vaya templo del vino.
De Macle, conozco el Château Chalon (Savagnin) que me encanta. Chapeau !!!
Muy intéresante el intercambio de vinos con la mesa de al lado,jajaja
Un abrazo
Joan
Macle es quizá el mejor productor del Jura o por lo menos el que mejor viña tiene, que equivale a lo mismo. El Chateau Chalon es su gran vino, pero su Cotes du Jura es casi tan bueno y bastante más barato, me parece un vino muy recomendable. Si vas por Santander es imprescindible que te dejes caer por aquí y le dices a Andrés que te ponga vinos de tu zona, ya verás cómo disfrutas…
Un abrazo,
Eugenio.
Gracias Eugenio, seguiré tus consejos.
Un abrazo.
Joan
Magnífica crónica de las dos comidas, Eugenio. Este verano no hemos podido hacer nuestro peregrinaje anual a La Cigaleña y tengo síndrome de abstinencia. El Jambon Les Ganivets me encantó cuando lo probé en Ca Pepico (sí, en la huerta de Valencia también se pueden probar muchas de las joyitas que descubre Andrés). Los vinos de Chateau Simone y Milan Nestarec son dos casas que tengo pendientes de descubrir.
Y es cierto lo que comenta Jose Ruiz de la barra y poder probar grandes vinos en un ambiente más informal. Da mucho más juego a un restaurante. En cualquier caso, Alberto Redrado es otro grande de la sumillería de cuyo criterio de selección hay que disfrutar siempre que se pueda y nos queda mucho más cerca.
Gracias Juan, ya visité una vez Ca Pepico y salí encantado, igual voy para Valencia unos días a primeros de diciembre y a ver si me cuadra poder ir de nuevo, L’Escaleta es quizá el restaurante que más ganas tengo de visitar desde luego. No tardará en caer…
Saludos,
Eugenio.
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