Habíamos planeado un fin de semana en el Somntano para ir a visitar Bodegas Enate. Una vez concluida la visita fuimos a comer a Casa Samper, que se encuentra a 5 minutos de la bodega.
La dueña es una persona encantadora y con un carácter excepcionalmente agradable.
Iniciamos la comida con unas croquetas de setas (de las mejores que he probado), luego un poco de foie en migas, con una salsa de mango y finalmente un carpaccio de pies de cerdo que a pesar que no se trata de un plato de mi devoción debo reconocer que estaba bastante bien logrado.
Posteriormente cada uno de nosotros pidió un segundo y en micaso fue un solomillo con frutas gratinadas que lo sirvieron perfectamente en el punto que solicité.
Para beber un Inés Monclus Reserva de la familia del 2003 (nos pareció a todos un buen vino), un Casa Mateu (un vino sin identificación, ni D.O. y totalmente prescindible)y finalmente un Lalane Reserva 1999 (sin lugar a dudas el mejor de los tres y que acompaló perfectamente los segundos platos.
El final de la comida lo rematamos con los postres caseros que tienen y que incluye desde una no muy abundanete fondue, pero muy bien preparada y con un chocolate de calidad, un iogour de leche de oveja con frutos secos y miel, hasta un flan casero de vainilla sobre una cama de compota de frutas.
Globalmente, es un restaurante que he ido en tres ocasiones, y por ahora siempre me ha sorprendido de forma muy grata.