Garantía de Satisfacción

Segunda visita a este restaurante después de tres años de mi primera visita. Esta vez se trató de una comida familiar con mis hermanas y mi chica, cuatro comensales en total.
Como en mi anterior crítica de este mismo local ya describí profusamente su ubicación y decoración, esta vez no me extenderé tanto (además creo que no vale mucho la pena pues muchas críticas pasan misteriosamente desapercibidas para la mayor parte de foreros) y me centraré básicamente en la comida.
Nuestra primera intención era la de comer a la carta, pero cuando vimos que tenían un menú de fin de semana bastante variado y completo al final nos decantamos por él. Éste, con un precio creo recordar que de 17 euros, constaba de un primero (a elegir entre 5 propuestas diferentes), un segundo (a elegir entre otros 5 platos) y un postre (esta vez con un plato menos de variedad, pues había que elegir entre un postre casero y otros 3 platos de fruta), la bebida como desgraciadamente suele ser ya habitual iba aparte. Estos fueron los platos elegidos:

PRIMEROS

- Ensalada. Muy completa, buena, pero eso, no deja de ser una ensalada sin más.

- Langostinos fritos. Langostinos frescos de tamaño medio, fritos y presentados ya pelados (aunque conservando cabeza y cola para chupar) lo cual se agradece.

- Huevos al plato con pimientos del piquillo y tomate. El resultado era unos huevos a la flamenca que estaban realmente ricos.

- A parte, y fuera del menú, pedimos un entrante que guardo en mi memoria de mi visita anterior para que lo probaran mis acompañantes. Se trataba de las vieiras con salsa de azafrán. Espectacular es el primer adjetivo que se me viene a la cabeza al recordar ese delicioso plato, que pude comprobar que lo siguen haciendo tan exquisito como cuando lo probé la vez anterior. Este plato hay que pedirlo, si o si, cada vez que alguien visite este restaurante por primera vez. Sin ninguna duda es la mejor vieira que he probado nunca y quién me iba a decir que la probaría en un pueblo de interior tan alejado de la brisa marina como Utiel, sorpresas te da la vida.

SEGUNDOS:

- Revuelto de morcilla de la zona, con manzana y pimientos. Curiosa mezcla (sobre todo por el pimiento) pero que funcionaba de maravilla en su conjunto, aunque para mi gusto estaba un poco seco (me gustan los revueltos con un punto menos de cocción para que el huevo quede semilíquido) y le faltaba un poco de sal.

- Carpaccio de salmón ahumado con vinagreta de cítricos. Sencillo y maravilloso plato con un sabor excepcional gracias a la utilización de un salmón de calidad elaborado en cocina y sobre todo por la acertada combinación de sabores y frescura que le aportaba la vinagreta de cítricos.

- Secreto ibérico a la brasa. Magnífico secreto, jugoso y tierno y con el maravilloso sabor que le aporta su paso por las brasas. Se acompañaba de unas buenas patatas caseras fritas, en forma de gajos y unos pimientos del piquillo caramelizados. Otro plato simple y sin complicaciones pero resuelto de manera sensacional.

POSTRES

- Piña Natural. Por lo que me dijeron mis hermanas (pues no la probé) muy buena, en su justo punto de maduración.

- Serradura. Este extraño nombre se correspondía con una copa en la que se mezclaba galletas machacadas (de ahí el nombre), nata, leche condensada y dulce de leche. Como ven todo un desafío a la diabetes, el típico postre para tomar dos veces al año y no más, pero joder que bueno estaba.

Por lo que respecta al vino, y como no podía ser de otra forma, nos decantamos por un tinto de la zona, Vega Infante Crianza del 2006, ahí es nada, y que para mi sorpresa (pues por los años que tenía ya para ser un crianza me albergaban serias dudas de que estuviera en condiciones de consumo) estaba bastante bueno, con cuerpo (debido a la bobal que predominaba en su composición) pero que se dejaba beber con gratitud.
Por lo que respecta al servicio nos atendió el que parecía ser el hijo del dueño que en todo momento se mostró servicial, atento, educado y simpático con nosotros, demostrando así ser un buen conocedor del oficio.
Así pues y como conclusión, fue una buena comida en un sitio al que esta segunda visita no hizo más que confirmar mi primera grata impresión. Cuando visitas un restaurante por primera vez no tienes los suficientes elementos de análisis para hacer una valoración ponderada, aunque la experiencia haya sido altamente satisfactoria pues puedes haber tenido la típica suerte del principiante, pero si visitas un local por segunda vez, y más con tres años de diferencia desde la visita anterior, y compruebas que los niveles de satisfacción y calidad se mantienen ahí arriba, entonces ya tienes suficientes elementos de juicio para poder afirmar que se trata de un buen restaurante donde sabes que vas a comer bien, pues eso ya no es fruto de la casualidad sino de saber hacer bien las cosas y conocer perfectamente el oficio. Ya no me queda la más mínima duda de que este restaurante es una de las mejores opciones para comer/cenar de toda la zona.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar