Chiron es un restaurante familiar donde el trabajo y la dedicación

Chiron es un restaurante familiar donde el trabajo y la dedicación funcionan, y dan sus frutos. La verdad que nos sorprendió gratamente.
El restaurante es amplio con mesas muy grandes y mucha separación entre si. Nada mas entrar al restaurante ya encontramos una bodega pero al subir a la sala descubrimos que existe otra aún más grande y variada.
En la carta encontramos creatividad y tradición con buena materia. Posibilidad de tomar medias raciones de algunos de sus primeros platos.
Como primeros tomamos deliciosa viera salteada con crema de voletus, fresca y bien acompañada. Luego tortilla de patata decosntruida con trufa y huevo a baja temperatura, el único pero podría ser la trufa, que la notamos algo falta de aromas.
En los segundos nos decidimos por pescados con una correcta lubina con estragón y queso manchego y un San Pedro en souquet, bastante bueno.

De postres tomamos un exquisito tiramisú, una simple tarta de manzana de hojaldre y un medio postre de chocolates en diferentes texturas y presentaciones, bueno.
En cuanto a vinos nos dejamos asesorar por Víctor y tomamos un blanco de los monte de Toledo un Vallegarcia Viognier, no emocionó lo suficiente pero correcto.
Requiere una mención especial la amplia carta de vinos que tienen. Según nos comentaron tienen mas de 500 referencias con poco stock para poder rotar más rápidamente. Quizás las copas que nos pusieron no fueron las más indicadas, desconocemos si tienen otro tipo de cristalería.
También pudimos ver en la sala una cava de puros con una amplísima selección. así como whiskys, licores y ginebras.
El broche final lo puso un gin tonic de Vigné Floraison con tonica fever tree.
La verdad que es un lugar muy honesto y sincero. Un sitio donde las cosas se hacen bien y con pasión. Fue una buena experiencia y desde luego con una buena RCP.
Volvimos a comer todo el grupo el 9/2/08 y mucho y bueno tanto en comida, como en vino como en atencion, para seguirles y disfrutar. volveremos