Coincido casi en la totalidad

Se presentaba bien la noche. Buenos vinos, mejores amigos, menú prometedor y forero con ganas de dejar en buen lugar el restaurante.

Nada que objetar a este último, que hizo lo que estaba en su mano, levantándose de la mesa en varias ocasiones para intentar enmendar los fallos sobre la marcha.

Al ser mesa grande, reconozco que no me dí cuenta de algunos y no voy a hablar de ellos, pero simplemente lo califico como mal servicio de sala en relación a la categoría del restaurante.

Coincido en que las cantidades no eran exageradas, pero para mi resultaron suficientes. Bien es cierto, que estuve concentrado y disfrutando de una manzanilla en rama de la saca de invierno (Barbadillo) que estaba en su momento óptimo de consumo en una primera fase y de un vino biodinámico que ha hecho Alfredo Maestro este año en una segunda. Es lo que tien el vino. Me eclipsa la comida

La calidad del producto, muy buena, no mereció ser empañada por los elementos externos a la manduca en si, pero el hecho es que coincido con la opinión general.

La segunda ración de jamón antes de los postres fue un postrero intento de Luis de agasajarnos, pero simplemente viendo con la velocidad que desaparecieron los platos, me hicieron preguntarme el porqué nuestros estómagos aceptaban más comida.

Mi calificación, siempre en consonancia con lo que debe ser un restaurante de cien euros de precio real por persona. (Nos hicieron descuento)

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