Después de la variedad de opiniones sobre este restaurante publicadas en Verema, decidimos ir a probarlo para tener nosotros la nuestra de primera mano. La conclusión se alinea más con quienes lo valoran favorablemente, es un buen restaurante, con un trabajo y profesionalidad fuera de toda duda, pero le faltó algo para salir con una satisfacción plena.
Al no tener referencias directas y leer la controversia creada en este foro por el servicio en terraza, cuando hicimos la reserva pregunté si se servía la misa cocina dentro y fuera. Nos explicaron que se servía el mismo menú, y que la única diferencia es que en la terraza se sirve al centro, y en el comedor, se individualizan las raciones. Pese a que en verano siempre se disfruta más una cena en una terraza, que luego vimos que la tienen muy bien montada, optamos por el comedor, que ciertamente es muy agradable y acogedor, y donde pudimos estar muy cómodos en una mesa al lado de la cava acristalada, donde guardan verdaderamente grandes vinos.
El servicio ciertamente es agradable y profesional, especialmente el del vino, con unas copas muy vistosas y originales (con el tallo más alto) y la sobremesa (nosotros no pedimos, pero vimos como preparaban los Gin Tonics en la mesa de al lado). Sin embargo a lo largo de la cena, aunque el servicio fue en conjunto correcto, no fue del todo regular, hubo pequeños despistes: como tener que pedir que rellenaran la copa de vino en alguna ocasión, no explicarnos en qué consistían los platos principales, algunas tardanzas en recoger los platos una vez finalizados, nada grave e inasumible, pero que hace no salgas entusiasmado de la cena (tampoco disgustado, ni mucho menos) cuando la cuenta pasa de los 100 € en pareja.
Optamos por el menú de 35 €, consistente en 3 entrantes, plato principal y postre:
ENTRANTES
*Tartar de atún con base de wasabi. Correctísimo, con un producto de calidad
*Viera con potaje e infusión de queso. Lo mejor de la cena, en cuanto a originalidad, texturas y mezcla de sabores
*Tortilla de patatas deconstruida. La verdad es que sin pena ni gloria
PRINCIPAL
Para probar ambas opciones, mi mujer pidió pescado y yo la carne:
*Bacalao con pisto y gamba rayada. Agradable plato con un buen producto, pero que sinceramente no nos mató
*Secreto (o presa) Ibérica con Foie, sobre una base como de puré de patatas. Estaba bueno y el producto era de calidad, pero la presentación era un poco desangelada.
De postre, helado de leche merengada con corn flakes de chocolate. Original
Respecto al vino, la carta es ecléctica y variada, en cuanto a los vinos (predominio de tintos, con presencia de DOs nacionales más representativas, y algunas referencias extranjeras) y los precios. Había vinos excesivamente caros, y otros a precios más que razonables, teniendo en cuenta el tipo de restaurante. Yo inicialmente seleccioné Mauro (32 €) y Santa Cruz de Artazu (31 €), pero mi mujer sugirió uno que yo no conocía, y resultó ser una grata sorpresa: “ Finca Los Azares, 2004”. Clásica mezcla de Merlot y Cabernet Sauvignon al 50%, elaborado cerca de Villarobledo (DO La Mancha) por 32€
Sin desmerecer, pero no es mi primera opción para volver a restaurantes de este tipo en Valencia.