Luces y sombras

Restaurante ubicado en la santanderina plaza del mismo nombre.

Local de años de evolución, con un esplendor inicial seguido por una etapa, en que a nivel popular fue decayendo y actualmente otra vez en auge, con gran admiración a su patrón (Paco Quirós) sobre todo por los profesionales de la hostelería.

Comida al mediodía, tres personas, recepción perfecta y acomodación en una mesa amplia, demasiado cercana a las vecinas, bien vestida, en un comedor al 80-90 por ciento de ocupación. Decoración con fuertes colores en paredes.

Carta de de producto con alguna elaboración.

Detalles de la casa, unos aperitivos:

Gazpacho en un vasito, que no me dijo nada (últimamente en Cantabria, que no fue nunca tierra de gazpacho), se oferta como aperitivo en numerosas ocasiones, y

Buñuelo de patata con bacalao, excelente en sabor y textura.

Hemos compartido:

Pateé de perdiz con salmorejo: pase suave, con buen punto, pero con poca identificación en cuanto a su fondo de sabor con la perdiz. Bien presentado, con sus tostaditas recién hechas y con buena armonía con el salmorejo

Y también para compartir, pero emplatado:

Ensalada de bacalao con cebolla confitada y tomate raff: ni me impresiono el bacalao y su base, cuando pruebo estos bacalaos, me acuerdo de los inyectados.

De platos

Capípota (guiso meloso de morro y pata con huevo frito); sabor muy logrado, original su presentación y en conjunto los rey de la comida junto a el buñuelo.

Manitas de cerdo rellenas con escalope de foie: buenas, con original presentación tipo tronco.

Menestra de verduras; bien sin más. Con presentación algo clasicota, cocidas primera y luego rehogas y algunas en tempura. Punto aprobado.

Postres: helado de queso de Liébana, de mango y zumo de naranja.

Servicio, diligente, a veces en cierta demasía (poner nuevos cubiertos sin retirar el plato anterior y sin pedir permiso), sin interesarse mucho en el parecer de los comensales y con cierta desgana en repetir por ejemplo el contenido de los aperitivos.

Cafés,

En cuanto a los vinos, carta con denominaciones varias nacionales y foráneas, sin apreciar falta de algo básico en concreto y con precios muy ligeramente altos.

Hemos tomado Fagus de Coto de hayas T 2006, copas adecuadas, y servicio limitado solo a probar y ahí se acabo.

Buena despedida.

En conjunto luces y sombras.

Recomendado por 3 usuarios
  1. #1

    G-M.

    En la época que vivía una semana al mes en Santander, ya no se ni los años que hace, unos 12, frecuentaba mucho este restaurante.
    Tenía gran ambiente y se comía bien con gran RCP.
    Me gustaba mucho, y estaba muy cerca de la oficina.
    Me alegro de que se mantenga.
    Un abrazo

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