No habíamos estado previamente. Local agradable y a destacar sus producto de calidad, sin engaños. Muy bien cocinado. Es cocina sencilla, pero dar el punto de cocción no es fácil. Brenda lo consigue.
Julián nos trató de maravilla sin conocernos, con lo que es su manera habitual.
Tomamos unos mejillones cocinados estupendamente, al punto sacando el océano a la mesa.
Huevas de sepia, de nuevo muy bien cocinadas. Boqurerones fresquísimos y un micuit real. No engaños.
2 personas 7 cervezas, dos cafés y 4 pacharanes
Volveré y lo recomiendo

Buen sitio para comer bien a precio razonable. Fui con mi pareja jueves por la noche (en los datos generales pone que cierra de lunes a jueves por la noche pero en verano ponen terraza y si que abre). Incomprensiblemente la terraza estaba vacía, y dentro solo había una mesa más ocupada. Pedimos, una caña cada uno para empezar (buen detalle que te pongan unas olivas para acompañar). Después no trajo pan tostado con aceite y tomate (bastante bueno y eso que normalmente no como mucho pan). Pedimos sepia, berberechos y una croqueta de jamón y buñuelo de bacalao (los berberechos muy buenos y la sepia también). Después pedimos el entrecot de buey trinchado (estaba bien hecho, lamentablemente en este caso tenía demasiado nervio). Este lo acompañe con una copa de vino (Hoya de Cadenas) y por cierto tiene buena calidad a buen precio de vinos valencianos. No pedimos postre pero nos invitaron a un chupito (en este caso de mistela: buen detalle de dejar la botella en la mesa, que aunque la botella en el mercado no te cuesta más de 4€ hay muchos sitios que no tienen el detalle). El trato fue muy agradable y el sitio aunque es pequeño, también resulta agradable. El precio final fue de 46€. Pagamos agusto.

Se trata de un bien gobernado bar/restaurante en el centro de La Eliana.

La sala es muy pequeña y ocupada en gran parte por la barra, que deja un cuadrado donde caben 4 ó 5 mesas a un lado, ya que el otro se usa como paso necesario. En la calle habilitan una terracita donde disponen de otras tantas mesas.

Cocina mediterránea con referencias norteñas, a base sobre todo de tapas/raciones.

Tellinas, clóchinas, berberechos, huevas de sepia, bravas, anchoas, boquerones y raciones de este tipo pueblan su carta, además de las mencionadas apuestas del norte (carnes, ventresca, chistorra, pimientos de Padrón...).

Nosotros tomamos todo al centro, con 4 raciones de inicio y para finalizar unos Huevos rotos de corral con patatitas e ibérico y un Entrecot de buey trinchado con patatas panaderas y pimientos de Padrón, ambos muy correctos, con buen género.

De los entrantes destaco en lo positivo la Oreja adobada, deliciosa, y en lo negativo la Chistorra, pues, aunque el embutido en sí era bueno, llevaba una reducción de Px cuya conjunción no nos convenció.

De postre Canutillos de Idiazábal, aceptables.

Carta de vinos mínima, tratados decentemente. Tomamos un chardonnay fermentado en barrica de Daniel Belda que nos sorprendió por sus marcadas notas tostadas.

Servicio con ganas y oficio aunque un tanto atropellado y lento, achacable a que estaba lleno a reventar. Se les nota ilusión y eso es contagioso.

Fuimos a cenar 4 amigos y el sitio es realmente pequeño, pero superacogedor, el trato es magnifico, el dueño en un chico muy simpatico. Pedimos unas tapas, no se cual de todas estaba mejor, luego nos pedimos unos entrecotes trinchaditos con ajitos tiernos que nos saltaban las lagrimas, hemos vuelto otras veces y siempre esta todo genial. muy recomendable, el precio esta muy bien para el servicio y la calidad que te sirven.

Después de leer el comentario anterior nos decidimos a probarlo.
Tiene un surtido de tapas muy amplio y de buena calidad, nosotros probamos las croquetas de bacalao, croquetas de jamón,tellinas, puntilla, patatas bravas, todo para compartir. Después elegimos para comer chuletas con patatas y un cantábrico (pimientos, tomate y ventresca de atún).
No pedimos vino, pero sí que vi que la carta era algo corta y con pocas referencias.
Otro restaurante con una correcta relación calidad precio y buena oferta dentro de la Eliana.
El local es pequeño y el servicio es correcto.

Una materia prima de muy buena calidad, unido a un buen uso de la plancha tiene este buen resultado, CASA JULIAN. Primero nos decidimos por unas Huevas de Sepia, Morcillita de Burgos, Chistorra al PX, Berberechos al vapor y unas Navajitas(en su punto), la verdad todo muy bueno, luego el bueno de Julian nos saco unos segundos para compartir que realmente nos sorprendieron, Granjero : huevos fritos de corral con patatitas y iberico de bellota, Delicatessen : foie mi-cuit a las dos confituras y cristales de sal(la de higos especialmente buena), Casa Julian : entrecotte de buey trinchadito con patatas panaderas y unos de padron, muy bueno el buey.
Los postres mas reducidos pero buenos, destaco Canutillos de idiazabal y el Brownie de chocolate con heladito de Higos con pistacho.
Los cafes crema, como nos gustan.
Dispone de armario para el vino, aunque la carta es reducida, servicio correcto, todos los caldos son de la Comunidad.
Todo servido y presentado con muy buen hacer y cariño, buena sobremesa sin malas caras ni prisas, muy importante cuando nos reunimos.
Local algo reducido lo cual tuvimos que reservar, no dispone de mas de 8 mesas.
Realmente como en casa, el trato que Julian y su mujer Brenda nos brindaron, es destacable, de agradecer.
VOLVEREMOS.