Fantástico local en pleno barrio de La Latina con amplia zona de barra para los fanáticos de la zona (no suele estar frecuentado por gente joven) con amplio y cómodo restaurante frecuentado por grupos o familias (un tanto ruidoso, no hay separación entre los dos ambientes).

Comida típicamente gallega en el que entre los entrantes destacan: berberechos, navajas….etc, pero por lo que debe ser recordado este restaurante es por sus increíbles y perfectos arroces caldosos (tanto el de bogavante como el de carabineros –ojo con este ultimo que suele no ser pedido-). El grano según especialistas alicantinos que lo han probado es perfecto.

Del resto de la carta no puedo opinar porque siempre repito arroz.

La carta de vinos es un tanto escasa pero con la ayuda de su sumiller, Daniel Roset, tendrás la combinación perfecta, el servicio de vino, en mi opinión, es perfecto.

Es cierto como se comenta en otra opinión, que el servicio del restaurante, en comparación con el trabajo de Daniel, se queda un tanto corto, pero como siempre a la salida del local, la satisfacción (incluido precio) es la adecuada, y del XENTES a disfrutar de La Latina.

Merece la pena probar y repetir.

Local sencillo de decoración rústica situado en el madrileño Barrio de La Latina. Mesas cómodas con buena separación.
Cocina de inspiración gallega pero con ciertos guiños a la modernidad bien entendida. Interesantes entrantes creativos, destacando el foie y los chipirones, pescados bien tratados y excelentes arroces, especialmente el arroz con bogavante, casi inmejorable. Raciones de tamaño correcto y buena presentación. Postres caseros bien resueltos y elaborados.
El vino está a cargo de un joven y voluntarioso sumiller, la carta es escueta pero bien seleccionada y basada en producto nacional. Precios correctos con alguna joyita escondida que merece la pena. Interesante selección de vinos dulces y generosos por copas (magnífico ese PX Noé con el postre). Copas de vino correctas, no así las de agua.
El servicio un tanto irregular, la buena disposición del sumiller contrasta con la apatía de otros camareros que desentona un tanto. Aspecto mejorable.
Un local interesante que destaca por su excelente cocina gallega creativa y sobre todo por ese arroz con bogavante, quizá el mejor que he probado. El servicio del vino también mantiene un buen nivel. Visita recomendable.