Buena opción para despedir Sevilla

Fue el elegido el lunes para comer antes de dejar Sevilla, acertamos, nos fuimos con buen sabor de boca,

Estuvimos a base de raciones y tapas, lo puedes hacer en la barra o en unas mesas altas, o bien entrar en una sala con mesas, que es donde estuvimos nosotros, muy cómodos, aunque éramos los únicos en esta sala, también tienen una zona mas de restaurante (creo) donde vimos pasar a mas gente.

Un par de tapas para empezar, pan de cristal con sardina ahumada, buena, buena, sardina estupenda y una de picada de buey y gorgonzola, completamente prescindible.

Medias raciones:
- Queso de oveja añejo, nos gusto mucho, preguntamos, era campo oro.
- Croquetas de cola de toro, mi mujer discrepó un poco porqué no llevaban bechamel, para ella, si no llevan bechamel, no son croquetas, el caso es que estaban buenas, la carne reconocible y gustosas.
- Albondigas de zamburiñas y gambas, la ración mas escasa, y la mas buena, con mucho sabor, cremosa.
- Presa de paleta ibérica con mostaza crujiente, lo mas flojo, la mostaza quemada con hierro por encima, no muy bien resuelto, la carne tierna.

Bebimos un refresco y dos copas de Altun (3 € por copa)que me gustó.
Un café.

El mejor servicio de todos los bares visitados en Sevilla, lo encontramos aquí, joven, muy atento, amable, eficaz, pendiente, simpático.