Restaurante La Tasca Garrido en Landete
Restaurante La Tasca Garrido
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
22 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.0
Comida COMIDA
8.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.8
Opiniones de La Tasca Garrido
OPINIONES
6

Dada la proximidad de la Tasca Garrido a mi casa en la serranía de Cuenca, la habré visitado más de una veintena de ocasiones, y aún no había puesto ningún comentario. No sé si lo habia omitido por considerarla casi mi segunda casa cuando vengo de vacaciones pero creo que es justo que lo haga ya.

La Tasca Garrido es la mejor expresión de honestidad, esfuerzo y buen comer del entorno rural castellano. Huyen de la ostentación y del lujo. Ofrecen lo que tienen y lo que mejor saben hacer, cocinar con esmero y con tiempo. no se cuántas horas tendrá que estar Peter, el cocinero, delante del horno y los fogones para conseguir dejar los codillos de cerdo con esa textura melosa, que la carne se deshace al ponerla en la boca como casi una melaza de buena carne del rey de la cocina local, el puerco (junto al cordero).

En la carta te vas a encontrar con más de 40 tapas y platos de cocina tradicional. Es difícil escoger entre tantas viandas pero a mi me gustan, especialmente, el típico atascaburras de patata y bacalao con huevo de codorniz, las croquetas variadas de bacalao, jamón y setas, el pastel de setas, los montaditos -o mejor dicho, montadotes- de foie, los codillos o las carrilleras de cerdo y, en ocasiones, también de ternera (alguna licencia dan a este producto no autóctono). No obstante, si optas por los pescados, también te ofrecen una buena dorada a la espalda o un suculento cogote de merluza.

Los postres también son otra de las especialidades de la casa, en su mayoría caseros. Me encanta la tarta de manzana templada, con un hojaldre finísimo, la tarta de pera o el brownie de chocolate.

El único pero es que la carta de vinos, para los muy aficionados, es escueta (por otra parte lógico, sabiendo cual es su demanda local habitual, a la que deben su mantenimiento día a día) y las copas no son las mejores para vinos de gran calidad pero tampoco creo que haya problemas en poder llevarte tu vino y pedir que te cobren un descorche. Yo lo hice en mi última visita y disfruté como un enano con ese codillo en armonía con un PV 2002 de Abadía Retuerta. Por eso prefiero no evaluar el servicio del vino.

El entorno es el de una taberna de pueblo, en ocasiones ruidoso con la mezcla de las conversaciones de voces fuertes y recias de los lugareños. Pero no se aspira a aparentar lo que no son, una casa de comidas honesta de y para gente trabajadora que sepa disfrutar del buen comer.

Tenemos la suerte de visitar la zona bastante a menudo y La Tasca Garrido suele ser de peregrinaje obligada. No hay que esperar grandes pompas, es más, como vayas un sábado o un domingo a comer demasiado pronto, te encontrarás la típica escena de bar con la barra repleta de personas bebiendo tercios, carajillos y la tele retransmitiendo las carreras de motociclismo o la competición de turno.
Eso sí, la cocina es cuidada, con especial énfasis en los platos tradicionales de la zona. Destacaría el codillo como plato cable, así como el atascaburras, una especie de ajorriero con huevo de codorniz y un sofrito de tomate o las manitas de cerdo picantes, que son también una buena opción.
La carta de vinos es escueta, las copas mejorables y el servicio del mismo tampoco brilla, pero el resultado es muy bueno si quieres conocer la gastronomía de la zona.
Para concluir tiene una muy buena RCP, lo que lo hace candidato firma cada vez que visitamos la zona.

Aprovechando un fin de semana en un hotel rural en Garaballa nos acercamos a cenar a esta tasca que, aun pareciendo el típico bar de pueblo, esconde una cocina de altísimo nivel con productos de la zona, frescos y sabrosos.

Nosotros optamos por cenar de tapas, empezando con media ración de embutidos ibéricos deliciosos (para dos personas una ración es demasiado), otra media ración de sepia a la plancha, perfectamente cocinada y con un aceite de perejil muy sabroso. Después pedimos tres montaditos, perfectos para compartir pues las raciones de pan son grandes: lomo fesco adobado (carne perfecta, blanda y jugosa), bacon crujiente con queso (delicioso, el bacon increible) y queso de cabra a la plancha (buenísimo). Todos los montaditos con pan de pueblo, tostado y con una base de tomate. Tomamos también dos pinchos morunos, que sirven acompañados con patatas fritas caseras.

El vino un tinto manchego, crianza 2006, del que lamento no poder dar el nombre porque estaba muy bueno, por 10,55€ la botella.

Como postres un tiramisú bastante bueno y un brownie casero espectacular, para los amantes del chocolate.

El servicio atento y amable, nos aconsejaron muy bien en cuanto a las raciones y la cantidad de los platos.

En definitiva sitio muy recomendable si pasáis por la zona para cenar de tapeo, tanto en pareja como con unos amigos.

Me ratifico en el comentario anterior.
Esta vez cenamos unas gambas plancha muy decentes, buen pulpo, montaditos de foie para abrazarse, seleccion de fiambres, ensalada templada de cogollos, salmon y gambas.

Para rematar la faena, unos chuletones trinchados, tiernos y sabrosos y unas doradas con refrito, jugosas y en su punto.
Brownie con chocolate caliente.
Fenomenal R.C.P

Si, a comer y en mayusculas. Muy buena materia prima y abundantes las raciones,ambas cosas señas de identidad de esta casa.
Excelentes carnes(un chuleton sensacional), una borraja deliciosa, ancas de rana y hemos comido un cochinillo de hacer la ola.
Vinos sobre todo de la zona y una muy buena R.C.P
Si, algo mas se puede pedir, atencion y servicio y tambien lo tienen.

Fui por recomendación de un amigo y ya me avisó de que no me fiase por la primera impresión. Cuando entras a La Tasca Garrido nadie te engaña, pues es una tasca, ambiente de bar con mesas y sillas más o menos cómodas, eso sí bastante bien espaciadas, una televisión en una repisa, etc.
Pero cuando empiezas a comer la cosa cambia. Cocina regional bien elaborada, con raciones abundantes y una calidad del producto muy buena. A destacar el excepcional codillo, los montaditos de foie fresco, el chuletón... Los puntos de cocción perfectos.
La carta de vinos es escueta, sencilla, con pocas referencias y las copas y el servicio inexistentes. Aun así si pides un Alto Landón (muy bueno y con las bodegas en el mismo pueblo) o uno de los Rueda no sales nada defraudado.

Lo mejor de todo es cuando llega la cuenta, sobre los 20€ incluyendo vino. Excelente RCP y un sitio imprescindible si se está por la zona.

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